Los sindicatos de estudiantes exigen al Ministerio de Educación que, en la próxima convocatoria de becas o con la máxima urgencia, incluya el umbral cero „o «refleje de forma explícita»„ que los estudiantes con ingresos entre los 0 euros y los 3.771 euros (cifra que marca el inicio del primer umbral de renta) sí tienen derecho a recibir las ayudas.

Y es que tras realizar un enfrentamiento directo por el caso de un estudiante al que la Universitat de València le dijo que el Gobierno no concedía becas a personas que viven solas y con una renta inferior a 4.000 euros, los dos organismos públicos se enzarzaron en un cruce de declaraciones sin aportar solución alguna. El Ministerio de Educación se llevó las manos a la cabeza asegurando que las personas con pocos ingresos «sí tienen derecho a beca» y acusaron a la Universitat de València de «excederse en sus funciones porque es el Gobierno quien concede o no las ayudas». La Universitat, por su parte, no se amedrentó y afirmó que digan lo que digan desde el ministerio «lo que marca el proceso es la convocatoria, lo que consta por escrito y ahí no existe el umbral cero y, además, se exige que se acredite de forma fehaciente que el estudiante debe ser independiente económicamente».

La respuesta de los sindicatos de estudiantes no se ha hecho esperar. Desde la Unió d´Estudiants Valencians, entidad que destapó el caso del estudiante Roger Zúñiga, acusan a la Universitat de «obstaculizar al concesión de las becas a las personas con menos recursos» porque el Gobierno «ha reconocido que es la Universitat la que lo ha hecho mal». «Vamos a iniciar una campaña de recogida de firmas porque no puede ser que, por una mala interpretación de la ley, haya estudiantes con pocos recursos que se queden sin solicitar la beca. O como Roger, que tras la información recibida en la UV decidió anular la matrícula porque sabía que no la podía pagar», explica el presidente de la Unió d´Estudiants Valencians, Klaus Ulrich.

Independencia económica

Desde el sindicato Bloc d´Estudiants Agermanats (BEA) aseguran que la clave reside en la convocatoria porque «lo que no queda escrito es como si no existiera y si el ministerio garantiza a los estudiantes con ingresos de 0 a 3.771 euros el derecho a beca debe constar de forma explícita. Lo mismo ocurre con lo de acreditar la independencia económica porque, al final, ese es el punto que impide el acceso a la beca. Conocemos varios casos. Los alumnos resuelven el tema empadronándose en casa de sus padres pero, por ejemplo, Roger Zúñiga no tenía opción a hacerlo y eso es injusto y debe solucionarse».

Además, el secretario de organización del BEA, Jordi Sanjuán, le pide a la Universitat de València que ya que cuenta con becas propias «intente resolver ese agujero o limbo que existe e intente contrarrestar ese tramo que no aparece en la convocatoria. Es incompresible e intolerable que, precisamente que tienen menos recursos se queden sin beca. Esto se resolvería en parte con una rebaja en las tasas y un aumento en el número de becas».