En 2016 y 2017 se han registrado consecutivamente las temperaturas más altas en la Tierra desde que existen registros. Lo dice la NASA, aunque a partir de ahora quizá tenga que pedir permiso para divulgarlo.

El informe europeo subraya los «nuevos récords en materia de temperaturas mundiales y europeas, de altura del nivel del mar y de reducción del hielo marino».

«Las pautas de precipitación están cambiando, volviéndose más húmedas las regiones europeas que ya lo son y más áridas las más secas. El volumen de los glaciares y la cobertura de nieve están disminuyendo», señala el informe, al mismo tiempo que los fenómenos extremos relacionados con el clima, como las olas de calor, las precipitaciones intensas o las sequías, se producen con cada vez más frecuencia e intensidad en numerosas regiones», añade.

Sobre este escenario de realidad, «la mejora de las proyecciones climáticas aporta pruebas adicionales de que los fenómenos extremos relacionados con el clima aumentarán en muchas regiones europeas».

Para Hans Bryninckx, la magnitud de los efectos del cambio climático futuro dependerá de la eficacia en la aplicación de los acuerdos de París, pero también de las estrategias de adaptación a las condiciones climáticas extremas actuales y previstas».