El proyecto de buzón responsable está avanzado, pero siguen abiertas algunas cuestiones. De un lado, está por resolver la cuestión del anónimato. Cabe apuntar que el sistema usado en Barcelona permite que el denunciante siga en contacto con la Generalitat, pero de forma anónima, ya que la herramienta lo identifica con unos dígitos y esto permite que la administración esté en comunicación con su fuente. De no ser posible tecnológicamente, el ciudadano tendría que identificarse cuando hiciera la denuncia, aunque tendría garantías de confidencialidad. Transparencia tampoco ha decidido aún si se podrían usar otros canales, además, del telemático (correo postal y registro de entrada). La otra cuestión abierta es la competencial ya que Justicia también ha regulado la figura del funcionario 'delator' en su ley de función pública. j. r. valencia
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