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Asamblea

La batalla valenciana de Podemos empieza en Vistalegre

El resultado de la asamblea estatal marcará la estabilidad de la cúpula local liderada por Montiel y afín al errejonismo

La batalla valenciana de Podemos empieza en Vistalegre

Uno de los mejores tuits de los últimos días del prolífico Juan Carlos Monedero decía: «En estas dos semanas la influencia bolivariana la hemos expresado a través del culebrón venezolano que hemos protagonizado». El fundador de Podemos relegado por las conexiones bolivarianas pronosticaba (lo decía el pasado miércoles) un «final feliz» al serial. Habrá que ver si no peca de optimismo.

No es el único. Son bastantes los cargos morados, en especial los más jóvenes, que creen en la sinceridad y limpieza del debate abierto, pese a la crudeza de algunas declaraciones.

«No soy pesimista. El día 13 [el día después de la asamblea de Vistalegre] no se hará una lectura en clave de vencedores y vencidos». Eso dice el diputado César Jiménez, secretario general de Podemos en Castelló. El debate tan a la cara, sin cortapisas ni eufemismos, ha llamado la atención por novedoso, pero «la burbuja se pinchará pronto», vaticina.

El lunes 13, pasado mañana, algo cambiará en el universo morado. Los horizontes se pueden resumir en tres: o Pablo Iglesias entronizado, o sostenido por un escaso margen, o destronado por Íñigo Errejón. El papel de la vía alternativa de los anticapitalistas puede ser decisivo en esa baraja de posibilidades.

No es seguro, con todo, que el lunes acabe una guerra. Sí puede darse por seguro que empezará otra batalla: la valenciana.

El líder autóctono de Podemos ya tenía un sector crítico antes de que el enfrentamientos de ideas entre Iglesias y Errejón -y de poder, aunque ellos lo nieguen- se encarnizara.

Ahora, unos y otros, pablistas, errejonistas y anticapitalistas -e incluso los no adscritos a ninguna corriente- coinciden en algo: la asamblea para decidir liderazgo y rumbo de la formación valenciana no puede esperar.

Es una de las cuestiones que ha de empezar a resolverse este fin de semana en el Vistalegre II. Inicialmente, la propuesta de Iglesias retrasaba las asambleas territoriales hasta agosto, pero modificó ese aspecto, porque a ellos les interesa un recambio rápido. Montiel es un errejonista tan convencido que ha tenido que pedir perdón por mezclar en una misma frase al líder del partido con Franco y Sadam Husein.

Lo que quiere la dirección valenciana, partidaria de cerrar el debate de poder también pronto, es que el Vistalegre local se celebre en mayo.

Si Iglesias sale victorioso y las formas vigentes se mantienen (está caliente la caída del líder de Madrid), Montiel tendrá un futuro complicado.

Será clave en ese futuro el grado de descentralización del nuevo Podemos que salga de Vistalegre. Federalización es un concepto compartido en las propuestas de Iglesias, Errejón y Miguel Urbán (el principal exponente de Podemos en movimiento, la corriente anticapitalista), pero las dos últimas profundizan con más claridad en la autonomía de los territorios a la hora de elegir cargos y tomar sus propias decisiones.

Lo que salga de la asamblea del fin de semana es un enigma. De entrada, el número dos del partido llega con una clara mayoría entre los cargos podemistas valencianos. No es casual que ayer, víspera del juicio final, estuviera en Valencia. Es la opción preferente en el grupo de las Corts, donde el anticapitalismo también gana adeptos, declarados como Daniel Geffner y Cristina Cabedo, o simpatizantes como Antonio Estañ y César Jiménez.

Pero esto es el presente. El juego de alianzas y adscripciones puede ser muy diferente cuando llegue el Vistalegre valenciano. Lo primero que habrá que aclarar es quién desde la familia de Iglesias disputa el poder a Montiel. ¿Será Sandra Mínguez o un tapado, alguno de esos jóvenes que prefieren no implicarse demasiado ahora en el conflicto estatal? No tardaremos mucho en saberlo.

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