Miguel López, el yerno del expresidente de la CAM detenido el miércoles por la muerte a tiros de su suegra, ha pasado su primera noche en la cárcel de Fontcalent, donde el magistrado José Luis de la Fuente le envió ayer acusado del asesinato de María del Carmen Martínez en el negocio de automoción que regenta. El arrestado fue puesto ayer a disposición del juez ante el que se declaró inocente, al igual que el día anterior hiciera en Comisaría, tal y como publicó este diario.

Tras más de tres horas y media de un interrogatorio que comenzó pasado el mediodía y se prolongó hasta poco antes de las 16.00 horas, el magistado acordó su ingreso en prisión comunicada y sin fianza ante el temor de que pudiera fugarse (ya que cuenta con medios económicos para hacerlo, precisa el juez) o manipule pruebas de un crimen que se cometió hace más de dos meses, el 9 de diciembre pasado.

A la vista del atestado policial y tras el interrogatorio, considera el instuctor que «existen indicios de la participación» del detenido en la muerte de su suegra. Y señala un móvil: «Las discrepancias en la gestión de las sociedades tanto en cuanto a la administración como en cuanto al reparto de dividendos para los que el ejercicio de los derechos políticos privilegiados derivados de las acciones de las que era titular la víctima podrían suponer un obstáculo insalvable», según recoge el auto al que ha tenido acceso este diario.

Sobre el modus operandi, mantiene el instructor que Miguel López habría dado «las órdenes necesarias para que la víctima se colocara en el lugar de su elección», en alusión al lavadero donde fue asesinada y en el que se encontraba estacionado el coche que fue a recoger, práctica que no era la habitual en un negocio donde los vehículos, una vez limpios, se sacaban al aparcamiento.

En contra de la declaración de inocencia del marido de la hija menor de Vicente Sala ha pesado, en palabras del juez, que fuera la última persona en ver la víctima con vida, su experiencia en el manejo de las armas de fuego (practica el tiro olímpico), las lagunas en su relato sobre movimientos posteriores al asesinato y las «pruebas gráficas» (que no se citan). Unos elementos, éstos dos últimos, que le permiten al juez aventurar que el detenido se fabricó una coartada «buscándo probablamente encontrarse en presencia de terceros cuando le llegase la noticia de lo ocurrido y accediendo, una vez transmitida la misma, a su domicilio en circunstancias para las que ninguna explicación se ha dado y que bien pudieran corresponder con las expuestas en el atestado de lavarse y desprenderse de posibles elementos incriminatorios».

En cuanto a otra de las hipótesis que inicialmente barajaron los investigadores, la del crimen por encargo relacionado con los negocios que la familia posee en Sudamérica, el magistrado la considera poco creíble fundamentalmente porque «nunca se hubiera utilizado el arma y munición descritos en el informe de balística».

Pese a que en el auto se habla de alevosía, tanto a el magistrado como el fiscal son conscientes del «carácter indiciario» de las pruebas que se presentan contra Miguel López , quien aseguró en su declaración que la muerte de su suegra ni le reporta beneficios económicos ni los necesita ya que posee suficientes recursos de una herencia de su padre.