La presidenta del PPCV, Isabel Bonig, se estrenó ayer en el cónclave nacional con una apasionada intervención ante el plenario en la que defendió que el partido debía dar la batalla de las ideas. En un congreso en el que Génova precisamente buscaba huir del debate ideológico, Bonig se subió a la tribuna (fue la primera en hacerlo en la jornada de ayer) para defender la parte de la ponencia social de la que ha sido coponente dedicada al empleo, la familia y el maltrato animal. Y aprovechó sus diez minutos de oro para cargar contra la política educativa y lingüística del Consell bipartito y para reivindicar la gestión privada de los servicios públicos y cargar contra la izquierda que «no viene a rescatar personas, sino a crear redes clientelares para mantenerse en el poder». Y en esa batalla ideológica se entregó Bonig, a quien el PP confió que fijara la posición oficial sobre el aborto.

La lideresa, que se considera una católica y de derechas, mostró su rechazo al aborto y defendió ante el plenario que el texto oficial (que pasa de puntillas por este asunto) acabara incorporando que la interrupción voluntaria del embarazo «no debe entenderse como un derecho sino como un fracaso de la sociedad». El asunto divide tanto a nivel nacional como autonómico, aunque Bonig había dado libertad de voto a los compromisarios.

Custodia compartida, la modalidad «deseable». Hubo, no obstante, unanimidad respecto a la incorporación en el documento oficial de la custodia compartida, una cuestión que Génova aceptó y que también presentó Bonig ante los compromisarios. El PPCV lideraba una de las enmiendas y la diputada Maria José Català fue la encargada de defenderla. La conclusión es que este asunto, que genera división en la izquierda, fue asumido por unanimidad por el partido conservador, que se compromete a instar al Gobierno para que legisle para que, en caso de desacuerdo, la custodia compartida «sea la modalidad más deseable». «Los hijos no son de las madres, son de los dos», proclamó después Javier Maroto, en una intervención en el que la violencia de género fue uno de los temas ausentes.

Vientres de alquiler. Fue uno de los asuntos más espinosos. Génova optó por pasar por puntillas y sólo aceptó incorporar al texto una alusión a abrir el debate de forma sosegada. Un compromisario valenciano, a título personal, defendió su regulación. La cuestión es muy espinosa ya que muchos dirigentes, entre ellos Bonig o el portavoz del PP en el Ayuntamiento de Valencia, Eusebio Monzó, están en contra.

La lista más votada y ejército europeo. El PPCV coló la enmienda que insta a reforma la ley para que gobierne la lista más votada en los ayuntamientos, un cortafuego contra los tripartitos. También se aceptó la enmienda de Esteban González Pons para crear un ejército europeo.