«No se trata de gastar menos, sino de gastar mejor». El mantra que la consellera de Sanidad, la socialista Carmen Montón, repite en cada una de sus intervenciones públicas y que constituye uno de los pilares de su gestión parece haberle dado buen resultado. En su primer año de mandato al completo, el 2016, la sanidad pública valenciana fue más eficiente en el gasto y logró reducirlo en un 8 %, lo que supone un ahorro de «220 millones de euros».

De la cifra presumió ayer la consellera en su intervención en el Fórum Europa. Tribuna Mediterránea, organizado con el patrocinio de Bankia. Más que del ahorro, que se espera incrementar durante este ejercicio, la consellera sacó pecho de lo conseguido hasta ahora con este dinero y de que haya servido «para fortalecer la sanidad pública y los derechos de la ciudadanía». En concreto, Montón recordó que gracias a este ahorro, 1,3 millones de valencianos cuentan con ayudas especiales para hacer frente a los copagos sanitarios ya que el último decreto para ampliar estas ayudas -los menores adscritos a un progenitor con ingresos menores de 18.000 euros- entró ayer mismo en vigor.

«Hoy abrimos una senda por la que esperamos caminen otros gobiernos de progreso», dijo la consellera que aseguró que ésta, junto con el decreto de universalización de la sanidad, era una de las medidas de las que se sentía más orgullosa desde su entrada en el Consell. Montón volvió a pedir además al gobierno central que derogara el decreto 16/2012 y recordó que la valenciana era una de las comunidades que más estaba haciendo en este sentido, también porque en 2015 «superábamos la media de pacientes que confesaban que abandonaban tratamientos por falta de recursos económicos: un 8 %» cuando la media nacional estaba en un 4 %.

La contención en el gasto ha sido posible, según especificó Montón, gracias a contener el gasto en lo básico (se ha gastado 3 millones menos en energía) y a aplicar medidas como la compra centralizada de medicamentos -con una bajada de costes de «7,8 millones» en 2016 que se espera crezcan hasta los 23 millones este año-, apostar más por el autoconcierto y, sobre todo, controlar mejor el gasto que realizan los contratos externos como el de las resonancias magnéticas con «un menor coste de casi 4 millones de euros».

Montón aseguró que esta tendencia al ahorro se iba a consolidar en 2017 «con más compras centralizadas» o contratos como el de la hemodiálisis o el transporte sanitario. Junto al ahorro, la consellera destacó la apuesta por aumentar el presupuesto en Sanidad: «el de 2017 con 6.084 millones de euros es el más alto de la historia de la Comunitat Valenciana» pese a la infrafinanciación, y que esta priorización hará posible el plan de dignificación en infraestructuras sanitarias -con 359 millones de inversión para toda la legislatura- de los que ya se habían ejecutado 65 millones tanto para consolidar infraestructuras como para mejorar en equipamiento tecnológico. Buena parte de la intervención de la consellera se centró, por otra parte, en los grandes retos que afronta la sanidad, como el aumento de personas con enfermedades crónicas.

Montón aseguró que su conselleria y el sistema está virando hacia un nuevo enfoque de cronicidad que incluye la salud mental e iniciativas como el plan de prevención del suicidio porque en la Comunitat «hay más de un suicido consumado al día», lamentó.