Desde el segundo piso del IES Lluís Vives de València, algunas caras se asomaban ayer curiosas -y ajenas- al bullicio que se había formado en la calle Marqués de Sotelo. Cinco años antes, los alumnos de ese centro no estaban tras los ventanales, sino cortando la calle Xàtiva para protestar contra los recortes en educación que, entre otras cosas, les habían dejado sin calefacción en pleno invierno.

La ausencia, no solo de los actuales alumnos de este centro que se convirtió en protagonista a escala estatal durante una semana, sino de los que precisamente vivieron aquellas manifestaciones que acabaron en desproporcionada respuesta policial, fue la nota evidente de la jornada de aniversario de ayer. Organizado y apoyado por colectivos como Acontracorrent, València en Comú, Iaioflautas, Pah València, Eupv o Compromís, entre otros, el acto de ayer reunió apenas a unas decenas de participantes, lejos de aquellas protestas multitudinarias de hace un lustro.

«Fue un hecho puntual, espontáneo, contenido en el tiempo. No se supo estructurar, por eso hoy hay tan poca gente», comentaba Carles, exalumno del IES Abastos. Hace cinco años, confiesa, no era consciente de lo que ocurría unas calles más allá de su centro de secundaria, pero hoy sí lo es. «En aquel momento no me interesaba, pero hoy participo activamente en los movimientos estudiantiles», reconoce. De algo sirvió aquella efervescencia «primaveral», aunque hoy sea más otoñal.

El cambio de signo político en los gobiernos locales y autonómicos influye a la hora de desinflar estos fenómenos, explica Teresa. Ella, con 14 años, fue una de las jóvenes que sufrió la brutalidad policial. «Vi como a una amiga mía que se había roto la pierna la levantaban del suelo cogiéndola de los pelos», relata. Un poco decepcionada por la escasa asistencia de participantes, esta joven, que ya está en la universidad, admite que «si no hubiera sido por la respuesta de la policía, probablemente no hubiera tenido tanta repercusión. Pero en ese momento se juntó todo, la indignación, el 15 M, un gobierno del PP...», razona la joven.

«Claro que sirvió para algo. Para mí, fue un punto de inflexión. Me marcó y me formó como persona». ¿Volvería a hacerlo? Continúa habiendo motivos? «Absolutamente. Hay razones de sobra para salir y volver a hacer lo mismo», sentencia esta joven.