La firma de la Declaración de Palma el pasado lunes por parte del conseller de Cultura y Educación, Vicent Marzà, ha soliviantado los ánimos del Partido Popular, que ve el acuerdo a tres bandas rubricado entre la Generalitat Valenciana, la catalana y la balear para fortalecer los lazos culturales e históricos de las tres autonomías como una amenaza «catalanista» e «independentista».

La portavoz de Educación del grupo popular en las Corts, Beatriz Gascó, anunció ayer que pedirá la relación de gastos del viaje del conseller Marzà a Palma, un viaje que, a su juicio, «visibiliza su alianza con el catalanismo en pleno proceso soberanista». Gascó exigirá conocer los detalles de la visita «que no figuraba en su agenda oficial» para conocer los detalles «con copia de las facturas y justificantes que acrediten el gasto, y también los beneficios conseguidos en ese viaje para mejorar la condición de vida de los valencianos que justifiquen esos gastos», explicó ayer.

«Marzà demuestra que en su conselleria hay mucho más de ideología que de educación. Han metido la política en las aulas pero no mejora la calidad educativa de los estudiantes», lamentó la diputada del PP.

«Marzà ha puesto de manifiesto una vez más cuáles son sus prioridades, defender la causa catalanista, en un momento en el que cada día se le multiplican los recursos en los tribunales contra su política sectaria en la educación, caracterizada por los ataques a la libertad, por desoír las peticiones de gran parte de la comunidad escolar y por cumplir con la hoja de ruta de implantación del catalanismo en nuestra tierra», aseguró Gascó.

En esta misma línea, el presidente del PP de la provincia de València, Vicente Betoret, se unió ayer a las críticas y añadió que Marzà está utilizando la C. Valenciana para seguir la misma «hoja de ruta» que el independentismo catalán y «reforzar así sus peligrosas aspiraciones catalanistas» lo que llevaría a la Comunitat al mismo «callejón sin salida».

«Países imaginarios»

En este sentido, Betoret señaló que se está «tratando de impregnar» a los valencianos con el «nacionalismo más radical» y puso de ejemplo la «inmersión lingüística» en materia educativa; el requisito lingüístico en la ley de Función Pública o en temas culturales con «subvenciones a entidades catalanistas que no paran de hablar de países que sólo existen en su imaginario». El actual Ejecutivo valenciano está «tratando de instaurar los mismos genes nacionalistas que en Cataluña», según el presidente provincial.

En respuesta a estas críticas, el presidente de la Generalitat opinó ayer que es «extraordinariamente positivo que todos los rasgos comunes que tenemos en el ámbito cultural se vean como una sinergia positiva y no como un problema», indicó Ximo Puig. La idea, expuso, es crear oportunidades para creadores y para la industria cultural.