La crisis interna que vive Podemos en la Comunitat Valenciana no se va a trasladar, de momento, al grupo parlamentario. La formación morada cuenta con doce diputados en las Corts después de que uno de los 13 que logró en las elecciones autonómicas pasara al grupo de no adscritos.

Pero las luchas por el poder entre el brazo oficialista que lidera Antonio Montiel y el sector crítico, que estallaron en toda su crudeza en el consejo ciudadano autonómico del domingo pasado hasta provocar un duro discurso, a puerta cerrada, del secretario general contra sus adversarios internos, como informó Levante-EMV, no tendrán, de momento, repercusión en el grupo parlamentario.

El puesto de síndic, que ocupa el propio Montiel, no corre peligro hasta la celebración de la asamblea ciudadana, el Vistalegre valenciano, prevista para el próximo 14 de mayo. Pero en función del resultado de esa votación y si la dirección de la formación en la Comunitat Valenciana cambia de manos sí podría producirse el relevo al frente del grupo.

De momento, la mayoría de diputados se mantiene fiel al portavoz parlamentario, ocho según varias fuentes consultadas, mientras que en el grupo de los críticos se alinearían otros cuatro.

En el grupo ahora mayoritario se integran el propio Montiel, la portavoz adjunta Fabiola Meco; el secretario de la Mesa de las Corts, Marc Pallarés; la alicantina Llum Quiñonero o el también diputado por Alicante José Almería. También se incluiría en este grupo el portavoz del área económica David Torres. Incluso uno de los referentes de la corriente anticapitalista en la Comunitat Valenciana, Daniel Geffner, o Beatriz Gascó también se encuadrarían en el sector próximo a Montiel, aunque en este caso con más matices.

Ideológicamente, la división entre oficialistas y críticos en el grupo parlamentario no es ni mucho menos acusada, porque los posicionamientos políticos de unos y otros tampoco están en las antípodas. De hecho en la mayoría de ocasiones, coinciden.

Brecha generacional

Pero lo que sí llama la atención es la importancia del factor generacional en esta división entre oficialistas y críticos. Los diputados más jóvenes del grupo: Sandra Mínguez (1983), Antonio Estañ (1987), Cristina Cabedo (1986) o César Jiménez (1976) son los que más cuestionan las decisiones de Montiel y los que se alinean como oposición interna y los que en un momento dado estarían dispuesto a un cambio en la portavocía.

Una operación que, en caso de llevarse a cabo después del 14 de mayo, supondría la repetición de lo ocurrido en Madrid con Íñigo Errejón, con cuyos postulados se alinean Montiel y los suyos.

Después de la victoria de Pablo Iglesias en el congreso de Vistalegre del 14 de febrero, una de las primeras decisiones del dirigente podemista ha sido apartar de la portavocía del Congreso a Errejón, hasta ahora su número dos, para sustituirlo por Irene Montero, diputada mucho más afín a Iglesias, operación que se daría en las Corts si Montiel sale derrotado del Vistalegre valenciano.

Incertidumbre en el bipartito

Para PSPV y Compromís, Montiel ha sido en este año y medio de legislatura un socio fiable, por lo que en las filas del bipartito en las Corts empieza a cundir cierta incertidumbre ante la posibilidad de que la portavocía de Podemos cambie de manos, aunque en ambas formaciones se considera que se trata de cuestiones internas. La propia vicepresidenta de la Generalitat y líder de Compromís, Mónica Oltra, ya se manifestó sobre un posible recambio de Montiel al asegurar que el tripartito está blindado a las crisis internas de los partidos, aunque prefiriró no comentar las cuitas internas de otros.