El comité organizador del congreso regional de los populares valencianos (COC) cifró ayer en 8.600 el número de inscritos para votar en las primarias, un cifra muy modesta teniendo en cuenta los 150.000 afiliados de los que siempre ha presumido la organización, pero casi el doble de la que se barajaba horas antes de que se cerrara el plazo, el pasado martes. El sorprende incremento tiene lugar después de que las direcciones provinciales apretaran in extremis las tuercas a las agrupaciones locales para evitar un pinchazo.

Aún así, el resultado es pobre ya que supone menos del 6% del censo de militantes, un registro que lleva años sin depurarse y en el que conviven personas que causaron baja en su momento o que no pagan sus cuotas. Según los datos del COC, se han inscrito para votar 8.690 militantes en la Comunitat: 4276 en València, 3.052 en Alicante, y 1.362 en Castelló. Con esta cifra, aunque baja, el PPCV evita el batacazo monumental de los 4.000 estimados el día en que Isabel Bonig presentó sus más de 7.200 avales. De hecho, esa mañana desde la cúpula regional se avisaba que habría más avalistas que votantes, ya que para apoyar a un candidato no se necesita pagar las cuotas, mientras que para votarlos sí.

En la provincia de Valencia, por ejemplo, las inscripciones se precipaton a última hora. Y es que, tal como avanzó este diaro, el partido apretó en todas las provincias para movilizar a los militantes. A algunas agrupaciones, como Manises, se llegó a sugerir que el partido ayudara económicamente a los afiliados a ponerse al día. También hubo fuerte presión en otras localidades como Xirivella.

Cabe apuntar, que los militantes que se hayan inscrito para votar tendrán que demostrar que están al día de las cuotas antes del día 11, fecha en que el censo será oficial. El COC debe ahora revisar todas las incripciones. Desde la direcciones provinciales no se descarta una purga importante, pero se afirma que el proceso está muy vigilado y que no es posible pagar en masa cuotas de afiliados ya que el pago es indivivual. Tampoco hacerlo a través del partido.

Con todo, la escasa participación no es una particularidad de la Comunitat. En el resto de organizaciones regionales, la movilización ronda el 10%. Ahora bien, para el PPCV haberse quedado con porcentaje del 3% era un fracaso.

El COC anunció ayer también formalmente que tanto la actual presidenta del PPCV, Isabel Bonig, como José Luis Bayo, serán precandidatos. La primera se queda con sus 7.200 avales y Bayo, con 159, después de que el comité le haya invalidado medio centenar. Bayo no es un rival real para Bonig (tiene el apoyo mayoritario, además de la fuerza del aparato), pero, al menos hasta la votación del día 13, le complica la existencia.

Rechazo a la integración

Como precandidato, Bayo tiene derecho a tener un observador en el COC, así como a contar con recursos del partido para su campaña. El exdirigente de Nuevas Generaciones ha solicitado medios para montar una oficina y acceso a los censos. Bayo, conoce a fondo los entresijos del partido (fue fontanero con Ricardo Costa de secretario general) y también sus derechos como precandidato. La cúpula regional tendrá que andarse con pies de plomo para evitar una impugnación del proceso.

Según relató Bayo el pasado martes, Génova le hizo llegar el mensaje de que Rajoy no desea congresos de confrontación. El precandidato llegó a sentarse con colaboradores de Bonig para negociar una integración en la candidatura de la lideresa, pero esta opción está descartada. La cúpula regional considera incompatible que Bayo, que fue imputado por estafa en el caso Majestic aunque quedó bsuelto, forme parte de la nueva imagen del PPCV.