Chatarra. En eso se convertirá en breve el Audi 8 que en 2001 adquirió la Generalitat para servir de coche oficial del entonces presidente Eduardo Zaplana, un vehículo de alta gama blindado cuya inversión (incluido el impuesto especial de 31.000 euros) alcanzó los 302.000 euros. Fue el símbolo de una etapa, la de los gobiernos del PP, en los que se disparaba con pólvora de rey, y que el nuevo Consell está a punto de enterrar. El coche en cuestión, que también usó ocasionalmente Francisco Camps en sus viajes a Madrid y País Vasco, será vendido como chatarra ya que para poder ponerlo a punto (reparación y cambio de los cristales) el Consell tenía que invertir 20.000 euros. Correrá la misma suerte uno de los Audi 4, que usaban los escoltas de Camps, y que supuso un coste acumulado de más de 47.000 euros.

La Conselleria de Hacienda ha tomado esta decisión con el fin de soltar lastre de un parque móvil de coches de alta gama heredado que sólo le daba quebraderos de cabeza. Para el resto de coches que estaban sin usar y acumulaban polvo en las instalaciones del parque móvil, la Generalitat ha optado finalmente por la subasta. El Diario Oficial de la Comunitat Valenciana publicaba ayer el anuncio oficial de la salida a subasta de otros tres coches oficiales de expresidentes de la era PP por un importe global de 19.000 euros. Costaron en total 222.000 euros.

En concreto, se ofrecerá al público un A8 de 2005 que costó 85.400 euros y que sale con un precio de 5.000 euros; un A6, por el que se pagó 74 300 euros y que se ofrecerá por 10.000 euros; y un A4 adquirido por 63.000 euros y se subastará por un precio mínimo de 4.000 euros. Además, Hacienda subastará también dos Ford Mondeo (con precios de salida de 1.000 euros y 800 euros) y Ford Focus por 750 euros.

El proceso tendrá lugar el próximo sábado 11 de marzo a las 10 horas en el salón de actos (edificio B) de la Ciudad Administrativa 9 d'Octubre, pero los cuatro días anteriores los vehículos estarán expuestos en la sede del parque móvil de la Generalitat para ser visitado por las personas interesadas.

La directora general del Sector Público, Empar Martínez, indicó ayer que con esta subasta se pone «punto y final a una etapa de fastos y ostentación pagado con el dinero de todos los valencianos». «Ya no habrá más vehículos de gran lujo para altos cargos», subrayó.