La entrevista acaba con un cuento oriental y una cita de los jesuitas. Es la mejor prueba de que Oriol Junqueras ha hecho una carrera muy heterogénea antes de aparecer hace seis años en ERC.
Suaviter in modo, fortiter in re. «Tenemos que ser siempre cordiales y educados, porque lo importante es el contenido de lo que explicamos».
El cuento es su forma de explicar la filosofía zen: el intento por hacer entender que lo más importante no es el éxito o el fracaso, sino la actitud con que se encaran uno u otro. «La vida es eso». Por eso quizá él no quiere pensar en si será el próximo presidente de una Cataluña independiente o no.
Hasta aquí el Junqueras intelectual. Al también vicepresidente y conseller de Economía del Gobierno catalán le toca hablar de financiación y soberanismo.
¿La reivindicación de una nueva financiación es el mejor cemento hoy en día de las relaciones entre la Comunitat Valenciana y Cataluña?
De hecho, uno de los grandes problemas de las administraciones europeas son las masas de deuda pública. La gran cuestión es aprovechar el margen que aún tenemos por la política monetaria europea y los bajos tipos de interés. El margen no durará infinitamente y lo que reivindican Cataluña y el País Valenciano es aprovecharlo para hacer crecimiento económico. O hay más ocupación, más empresas y más PIB o no saldremos de esta. Y uno de los inconvenientes es que los gobiernos españoles siempre toman las decisiones no en función de los intereses económicos sino de criterios políticos.
¿Eso qué significa?
Que las infraestructuras, en vez de impulsar el crecimiento, se han convertido en un elemento que estrangula las finanzas públicas y la deuda. Si los gobiernos españoles hubieran impulsado el crecimiento allí donde hay posibilidad de retorno económico, que gran parte es en el arco mediterráneo, eso permitiría financiar otras obras públicas. Creo que lo que constata buena parte de la sociedad es que el gobierno español continúa sin voluntad de cambiar estos criterios.
¿El culpable siempre es Madrid? ¿No habremos hecho algo mal también en Valencia y Cataluña?
Seguro que las políticas decididas por el PP en Valencia han contribuido a estas inversiones sin retorno económico. Hay ejemplos bien conocidos de estas obras faraónicas empantanadas y que asfixian la capacidad de las finanzas de las Generalitat para dar respuesta a las necesidades de la sociedad valenciana. Seguro que hay cosas que se podrían haber hecho mejor, pero los modelos del Gobierno español para distribuir los recursos públicos han sido claramante equivocados, contraproducentes e injustos.
¿La desconexión en la red de transportes entre Valencia y Cataluña ha sido premeditada o es equiparable a de otras zonas de una España radial?
Los hechos hablan por sí solos. No hace falta que yo los califique. Solo hace falta coger un tren entre Valencia y Barcelona para constatar la realidad, que viene de lejos.
¿Cree que habrá una nueva financiación este año y Cataluña, que no estuvo en la conferencia de presidentes autonómicos, va a estar en esa negociación?
El nuevo modelo debería haber entrado en vigor en 2014. No ha sido así y probablemente tampoco sea en 2017. Entre otras codas, porque el Gobierno no tiene ningún interés en implementarlo de forma efectiva. Nuestra posición es conocida: estamos en un proceso político diferente, en el que reivindicamos las herramientas propias de un Estado. La cuestión fundamental no está en el modelo, sino en su cumplimiento. El gobierno español no los ha cumplido nunca y nada indica que esta vez lo vaya a hacer.
Al final, da la impresión de que tras años de distancia institucional, ha sido la empresa más que la política la que ha tirado del carro para acercar a Cataluña y la C. Valenciana.
Nosotros somos partidarios del mejor entendimiento con todos. Que este sea más intenso en el ámbito económico, social o cultural nos parece bien, aunque querríamos la mejor relación en todos los ámbitos.
¿La relación se puede mantener igual si Cataluña da el paso a la independencia?
Si disponemos de mejores herramientas podremos hacer muchas más cosas y mejor. Estamos convencidos que nos permitirá una relación mejor con Europa y más intensa con los pueblos hermanos con los que compartimos tantas cosas.
¿La Eurorregión del Arco Mediterráneo (Euram) es un sucedáneo de los «Països Catalans»?
Entiendo que son cosas diferentes desde todos los puntos de vista: histórico, cultural, lingüístico... En todo caso, son espacios compatibles.
¿Los «Països Catalans» es una utopía fusteriana de los años 60 del siglo pasado que ya se ha visto como irrealizable?
Quien más se esfuerza cada día en demostrar que esta realidad existe es el gobierno español, que concentra su maltrato en la financiación y en políticas sociales y de infraestructuras en este ámbito territorial. Quien más pedagogía negativa ha hecho siempre es el PP.
El PP ha calificado el encuentro de la eurorregión de «aquelarre nacionalista». ¿Es inevitable la visión de que Cataluña amenaza a la C. Valenciana?
Nosotros tenemos otras cosas que hacer antes que aquelarres, como que la economía crezca y una buena administración de los recursos públicos. Y además, ni ahora ni nunca hemos sido nacionalistas. Somos independentistas, republicanos y europeístas. Quien tiene mucho de nacionalista es el PP.
Hablemos de la situación política en Cataluña. ¿El proceso independentista tiene vuelta atrás?
Como en cualquier proceso democrático -porque antes que independentistas somos demócratas-, el proceso está en manos de los ciudadanos, que se expresa con los votos, y estamos convencidos de que la mayoría social en Cataluña quiere tener la oportunidad de votar y decidir su futuro.
Y si se hace la consulta y vence el no, ¿Junts pel Sí se olvida de la independencia? ¿Lo hace durante un determinado tiempo?
Siempre hemos respetado los resultados democráticos y eso es lo que haremos siempre: implementar los resultados y pedir a todos que los respeten, como siempre hemos hecho nosotros.
El Gobierno central parece que lo prefiere a usted como interlocutor. ¿Aún es posible un acuerdo con Sáenz de Santamaría que evite la consulta?
Lo que es fácil de constatar es que no ha habido ningún acuerdo y que nuestro objetivo es tener la mejor relación como estados independientes que se respetan mutuamente, como España la tiene con Francia o Italia e igual que nosotros la queremos con Francia o Portugal.
¿Se ve como el primer presidente de una Cataluña independiente?
Mi papel personal es totalmente irrelevante. Los catalanes decidirán el futuro que quieren. Es más importante dibujar el marco institucional, las herramientas y los modelos económicos y sociales que cualquier persona concreta. En ERC hay mucha gente mucho más preparada que yo y no me echarán en falta cuando no esté. Por otra parte, la gestión del Gobierno me parece ejemplar.
De todas maneras, parece que ERC siempre ganará , pase lo que pase: o la independencia, uno de sus objetivos, o las elecciones, si las hay en unos meses.
Nosotros solo nos planteamos el escenario del referéndum. Mire, eso es tan importante que no dedicamos ni un segundo a otras alternativas. Es la única opción con la que estamos comprometidos y no especulamos sobre escenarios hipotéticos.
¿Y tan importante es la independencia como para aparcar otros objetivos de un partido de izquierdas y gobernar con un partido de derechas asediado por casos de corrupción?
Nosotros no dejamos de lado ninguno de nuestros objetivos sociales. Al contrario, si estamos en este proyecto colectivo es para lograr las herramientas para las mejores políticas sociales. Es lo que hacemos cada día. Nuestro presupuesto, si se acaba aprobando, pondrá sobre la mesa 1.355 millones más que en 2015 para política social y permitirá que Cataluña disponga de más maestros y profesores que en cualquier otro momento de la historia.
