El Centro de Recepción de Menores de Monteolivete, en València, cuenta con graves deficiencias en prevención de riesgos, el plan de emergencias y evacuación, y en la aplicación de la normativa en relación a la salud de sus trabajadores. Esto es lo que se desprende de documentos de Inspección de Trabajo a los que ha tenido acceso Levante-EMV, en los que el inspector también apunta «notables deficiencias que afectan a elementos estructurales del edificio». En concreto, hace referencia a «grietas y humedades en planta baja», a «mobiliario no adecuado», «cuadros eléctricos abiertos» y «obstaculización de vías y salidas de emergencias», entre otros.
Estos apuntes se realizan durante el pasado mes de enero y están incluidos en un requerimiento que se dirige a la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas, responsable del centro público. En él, el inspector también apunta el «incumplimiento constatado de la obligación del centro de proceder a efectuar una evaluación de los riesgos psicosociales», que se ha requerido «hasta en dos ocasiones, sin que hasta la fecha se haya cumplido con tal obligación». Asimismo, sobre el Plan de Autoprotección y Plan de Emergencias, «no se ha constatado por parte del Inspector actuante la efectiva implantación de dichas medidas».
Por todo esto, Inspección de Trabajo pidió a la conselleria «que cumpla la normativa sobre prevención de riesgos laborales referida, procediendo a evaluar los riesgos existentes en el centro; planificar la actividad preventiva, actualizar el plan de autoprotección y emergencias; facilitar la información y formación pertinente a los trabajadores y garantizando una adecuada vigilancia de la salud de los mismos»; todo antes de que pasaran 90 días.
Junto estas órdenes, José Pascual, delegado de prevención de Intersindical, pidió en febrero una auditoría externa. En sus alegaciones a las propuestas de requerimiento de Inspección de Trabajo, recuerda que hay «un incumplimiento sistemático de la normativa básica de prevención» desde 2005. «Han pasado 10 años y este procedimiento sigue abierto e inconcluso, es más, se sigue dando el incumplimiento sistemático de las obligaciones en materia de prevención y un ninguneo absoluto por parte de los responsables de la Conselleria». El delegado asegura que «se obvian las múltiples advertencias» y se hace «caso omiso a los distintos y reiterados requerimientos».
Pascual habla de un «obsoleto e inoperativo Plan de Evacuación» y asegura que el último simulacro se realizó en 2010, hace ya siete años.
«Deterioro de las instalaciones»
José Pascual también apunta «el elevado nivel de deterioro de las instalaciones, pese a las continuas intervenciones y reparaciones». En su opinión, «es tan alarmante que exige una inversión de urgencia»; asegura que «se incumple» la revisión médica de los empleados con periodicidad anual, ya que «la última intervención de vigilancia de la salud fue en el año 2010». Esto «constata la dejadez y falta de interés absoluto» por parte de la Generalitat «en procurar la salud para con los empleados públicos y la seguridad del personal trabajador y de los menores atendidos».
El delegado de Intersindical, recuerda que son «decenas» las «infracciones detectadas del incumplimiento de la normativa relativa a la seguridad y salud en el entorno laboral». En su opinión, existe un «riesgo inminente al que está expuesto todo el personal trabajador y no olvidemos a los usuarios».
Este tipo de graves irregularidades ya se notificaron al Consell de 2006. La situación se volvió a repetir en 2010, donde se constataron de nuevo «graves irregularidades en materia de prevención», igual que en 2013. Ahora, en 2017, persisten, y la Inspección de Trabajo «comprueba, corrobora y elabora un preciso informe del incumplimiento sistemático y eternizado de las obligaciones relacionadas con la prevención, la seguridad y la salud laboral».
Algunos de estos avisos, han servido para «maquillar los requerimientos de la Inspección» y no para «una mejora sustancial en la cultura de prevención y de la salud», lamenta Intersindical.
Además de los daños en las deterioradas infraestructuras, el delegado sindical también hace constar que todo esto, junto a las peculiaridades de los menores que se alojan en él (por diferentes casuísticas) «desembocan en un clima laboral de estrés, desmotivación, angustia e incluso un miedo que resulta muy pernicioso para la salud». Fuentes consultadas por este diario, recuerdan que «si no hay salud laboral para los trabajadores, en la práctica lo padecen los menores atendidos».
Como publicó ayer Levante-EMV, la Conselleria ha preguntado a los centros de menores autorizados que dependen de diferentes entidades, si disponen de plazas para cederlas a la Generalitat, y derivar así a menores. De esta manera, pretenden «aliviar» y rebajar el número de menores en desamparo que acoge el centro de Monteolivete, hasta la construcción de uno nuevo en Llíria.
