El domingo es el Día del Padre. Los alumnos preparan en el aula dibujos o manualidades para llevar a casa y entregar a su progenitor varón. Pero, ¿y si no lo hay? ¿Y si no hay padre en casa? ¿Y si el modelo familiar responde a otro perfil que se va abriendo paso en la sociedad? Para paliar el posible mal trago a esos niños y no perpetuar antiguos roles únicos y monolíticos, la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de la Provincia de València (Fampa València) va a plantear la posibilidad de que los centros educativos eliminen de su programación educativa la celebración del Día del Padre y del Día de la Madre, y que los sustituyan por un único Día de la Familia.

La propuesta será trasladada por la confederación de Ampas Gonzalo Anaya a la Conselleria de Educación para que evalúe la medida y pueda marcar alguna directriz orientativa al respecto, según confirmaron ayer fuentes de Fampa València.

Esta decisión del colectivo de padres y madres recoge una petición formulada el pasado fin de semana por el colectivo de familias monoparentales de València. En una Jornada de Ciudadanía en Igualdad celebrada en Benetússer, la representante de la Asociación de Familias Monoparentales expresó su queja por este motivo. Que quizá parezca una tontería a los que no lo sufren, pero que es otro simbolismo que desean combatir.

Son familias con madre soltera, con solo un padre, con dos madres lesbianas o dos padres gays, o incluso una familia de acogida, y que en esas fechas ven que sus hijos reciben miradas o deben dar más explicaciones sobre un asunto que ellos piden naturalizar en consonancia con la evolución de la sociedad.

Según la Encuesta Continua de Hogares de 2015, en la Comunitat Valenciana existen 1,4 millones de hogares. De ellos, hay 174.900 hogares formados por una madre con hijos, con o sin otra persona. Luego hay 40.500 hogares formados por un padre con hijos, con o sin otra persona. En total, 215.400 hogares que se salen del modelo biparental. Enfrente hay 1.025.000 hogares con pareja casada con o sin hijos, y 159.000 parejas de hecho con o sin hijos.

Cristina Álvarez, coordinadora de la secretaría de formación de Fampa, subraya la conveniencia de evidenciar en el aula los diferentes modelos de familia que hay en la sociedad. Manteniendo el Día del Padre y el Día de la Madre, señala, se excluyen otros tipos de hogares que existen en la actualidad y se oculta una realidad que es más poliédrica. «Cuando la representante de las familias monoparentales plantea este detalle tiene toda la razón. Por eso nos sumamos a su queja y a su reivindicación», destaca Álvarez.

La programación educativa corresponde a los centros. Muchas veces se mantiene por inercia. Pero si la conselleria marca una directriz, el cambio podría producirse de manera rápida (al menos en los centros públicos) y la mayoría de colegios se acomodarían. Igual que en los centros se celebra el Día de la Paz o el Día del Medio Ambiente, podría cambiarse la costumbre y empezar a trabajar el Día de la Familia. «Es importante visibilizar las nuevas realidades y evitar la discriminación», afirma Cristina Álvarez.