El alcalde de València, Joan Ribó, reiteró ayer su petición al Gobierno de que el ayuntamiento abandone ya el plan de ajuste al que está sometido como consecuencia del Plan de Pago a Proveedores, ya que tiene superávit, paga la deuda y su media de pago es menor de siete días. Así lo trasladó ayer Ribó a la secretaria general de Financiación Autonómica y Local del Ministerio de Hacienda, Belén Navarro, en un encuentro en el Ayuntamiento de València momentos antes del inicio de la mascletà que ambos presenciaron desde el balcón consistorial. A preguntas de los periodistas, el alcalde explicó que le ha transmitido que València cumple «religiosamente» con el pago a proveedores en menos de siete días, superávit y pago de la deuda «de manera normal», por lo que, a su juicio, «no tiene sentido continuar en el plan de ajuste».

Ribó destaca la conversación «amable» y recuerda que el ayuntamiento ya solicitó salir del plan cuando el Gobierno era provisional. Ribó incidió en que para València «tiene una importancia fundamental», ya que estar en el plan de ajuste le impide entrar en organismos o fundaciones con las que deben afrontar asuntos como el de la movilidad autonómica o el proyecto del Museo de la Mar, junto a la Generalitat, la Diputación y el puerto.

Además, le ha comentado a la secretaria la «profunda preocupación del Ayuntamiento de València por la financiación», y Navarro le ha recordado que la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) ha creado una comisión que estudia ese asunto, además de la regla de gasto y qué hacer con el déficit.

En ese sentido, ha señalado que Navarro le ha indicado que «no hay otra solución que esperar a la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado» y que el criterio del Gobierno es «hacer lo mismo que el año pasado», aunque Ribó plantea necesidades como, por ejemplo, reforzar la Policía Local en época de Fallas