El Ministerio de Agricultura ha desbloqueado el conflicto que mantenía con la Junta Central de Usuarios del Júcar-Vinalopó tras el cierre a finales de diciembre del trasvase de aguas desde el Azud de la Marquesa y ha llegado a un nuevo acuerdo provisional -el cuarto en dos años- para volver a enviar agua desde València a un precio político de 0,18 euros el metro cúbico (el coste real serían 0,30 euros sin incorporar la desalación), la tarifa máxima que pueden pagar los agricultores.

De esta forma, desde este mes y hasta final de año llegarán al Vinalopó y l'Alacantí un total de 15 hm³ que garantizan la plantación de las cosechas del verano y el otoño. El trasvase sigue, no obstante, sin convenio de explotación pero los regantes han acogido con satisfacción las negociaciones del presidente de la Junta, Andrés Martínez, que negocia ahora con el Ministerio de Agricultura activar una toma del agua desde el embalse de Alarcón. En el acuerdo sigue vigente la incorporación de la desaladora de Mutxamel para consumo urbano y, de momento, se ha paralizado el pago de la amortización de su coste por los agricultores. El caudal que se toma en el Azud de la Marquesa no tiene la calidad sanitaria para poder ser utilizado para el consumo humano.

En Cullera hay agua en cantidad para trasvasar, pero resulta imposible que sea la única alternativa, debido a su escasa calidad -el caudal está repleto de restos de plaguicidas- y los elevados costes energéticos para elevarla hasta la provincia tras superar los 768 metros de altura de diferencia entre el Azud de la Marquesa y el Vinalopó.

De ahí que los regantes, descartada la toma de Cortes de Pallás, planteen ahora la alternativa del embalse de Alarcón. Hay agua de sobra para enviar los 12 hm3 al Vinalopó, máxime porque, además, los regadíos de la Acequia Real del Júcar y la Ribera valenciana se han modernizado en los últimos años con los 188 millones de euros transferidos por el Gobierno y el Consell.