HEINEKEN España avanza en su firme compromiso con la protección de las fuentes de agua y con su objetivo de alcanzar un balance hídrico neutro. Durante el año 2016, la compañía ha logrado reducir su consumo en 325 millones de litros de agua a nivel nacional y ha puesto en marcha dos proyectos pioneros en Doñana y en campos de Jaén y Granada con los que devolver al entorno el agua utilizada en la elaboración de cerveza.

Con motivo del Día Mundial del Agua que se celebra este miércoles 22 de marzo, el director de Responsabilidad Social Corporativa de HEINEKEN España, Mauricio Domínguez-Adame, ha manifestado que el agua es "un recurso escaso y necesario para la vida de todos los que habitamos en el planeta". "Para nosotros se trata un elemento especialmente relevante, puesto que nuestras cervezas se componen en un 95% de agua, y es necesaria a lo largo de toda la cadena de valor, desde el campo hasta el bar", ha explicado.

Por ello, HEINEKEN España sitúa la protección de las fuentes de agua como un área de actuación prioritaria, integrada dentro de su estrategia de sostenibilidad global Brindando un Mundo Mejor. Sus actuaciones van en dos vías: por un lado, reduciendo progresivamente el consumo en sus fábricas, y por otra, llevando a cabo proyectos para la restauración del balance hídrico, que le permita devolver al entorno toda el agua utilizada en la elaboración de la cerveza.

Reducción del consumo de agua en fábricas

Los centros en los que HEINEKEN España elabora su cerveza son uno de los principales orígenes de su huella hídrica. Por esta razón, la compañía lleva años invirtiendo grandes esfuerzos a disminuir el consumo de agua en sus cuatro fábricas de España (Madrid, Valencia, Sevilla y Jaén), realizando inversiones económicas e implantando medidas para optimizar procesos. Como resultado de estas actuaciones, en los últimos ocho años HEINEKEN España ha logrado reducir su consumo de agua en un 28,5%.

Solo durante 2016, la compañía ha alcanzado un ahorro de 325 millones de litros de agua, cantidad necesaria para llenar 130 piscinas olímpicas. En Valencia, la reducción de consumo ha superado los 65,3 millones de litros de agua.

Restauración del balance hídrico: proyectos Doñana y Olivo

En su ambiciosa hoja de ruta para alcanzar un balance hídrico neutro, HEINEKEN España tiene en cuenta también el agua que no se puede depurar y devolver al entorno, esto es: la que contiene cada envase de cerveza y la que se evapora en el proceso de elaboración. Para ello, la compañía ha puesto en marcha ya en 2016 dos proyectos pioneros en el sector para compensar agua en la cuenca del Guadalquivir, donde se encuentran dos de sus cuatro fábricas (Sevilla y Jaén). El compromiso con la restauración del balance hídrico también contempla actuaciones en las cuencas que nutren de agua a sus otros dos centros de producción: la del Júcar (Valencia) y la del Manzanares (Madrid).

HEINEKEN España ha invertido más de 300.000 euros en el Proyecto Doñana, desarrollado con la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía, para la restauración ecológica de los humedales de las lagunas de Las Pardillas, el Barrero del Arrayán y San Lázaro. El objetivo es retornar al medio más de 420 millones de litros de agua que permitan compensar el agua que se utiliza finalmente para elaborar la cerveza en la planta que HEINEKEN España tiene en Sevilla.

El Proyecto Olivo, puesto en marcha junto con el Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera de Andalucía (IFAPA), supondrá cuatro años de investigación e implementación de cultivos integrados de cebada en plantaciones de olivos con suelos degradados. Este programa, aún más ambicioso que el de Doñana, tiene como objetivo ahorrar cerca de 700 millones de litros de agua al año y representa una importante innovación en la agricultura, al integrar la producción de cebada en los olivares de la cuenca del Guadalquivir.

Para hacerlo posible, HEINEKEN España invertirá cerca de 200.000 euros en ensayos en campos de Granada y Jaén, con pruebas de cultivo mixto de cebada en olivar y con un estudio comparativo de dosis de siembra de cebada maltera. Su implementación a gran escala podría suponer importantes cambios para cualquier familia de agricultores en Andalucía que alguna vez haya cultivado olivos, cebada o trigo, una vez que se pruebe la viabilidad técnica y económica para los productores.