La cita de Aristóteles llego con naturalidad casi en los primeros compases del debate, cuando se hablaba de cómo «resolver la ecuación», en una comunidad autónoma con déficit hídrico y amenazada por el Cambio Climático que necesita garantizar los suministros presentes y futuros sin impactar sobre el Medio Ambiente.

Fue Elena Cebrián, consellera de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural quien recurrió a los clásicos para resaltar la magnitud del reto que el director de Levante-EMV, Julio Monreal, había planteado en una de las preguntas con las que lanzó el debate.

«Gestionar el agua de forma ordenada es la clave, tanto para rebajar el nivel de conflicto que hemos vivido, como para mantener el equilibrio medioambiental», manifestó Elena Cebrián, para quien el cuidado del medio ambiente es «un coste que ahorra y una inversión a futuro», también en el ámbito hídrico.

«Aplicar conocimiento, planificar a largo plazo, coordinación entre las Administraciones en un marco de transparencia y diálogo, mantener la Directiva Marco del Agua como referente, incluida la recuperación de costes , e invertir en infraestructuras» son los cuatro principios citados por la consellera para hacer frente a los retos que plantea la gestión hídrica.

El Dia Mundial del Agua, que este año está centrado en los problemas (y oportunidades) de las aguas residuales, sirvió de marco para un encuentro el que junto a Elena Cebrián y Julio Monreal participaron Salvador Navarro, presidente de la Confederación Empresarial Valenciana; Rubén Alfaro, presidente de la Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMP); Enrique Cabrera, director del Instituto Tecnológico del Agua de la UPV; Josep Vicent Boira, secretario autonómico de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio; Francisco Bartual , director general de Hidraqua para la Comunitat Valenciana; el director general de Contenidos Editorial Prensa Valenciana, Cruz Sierra y el director general de Gestión Jaime Abella.

El binomio Agua y Medio Ambiente, la necesidad de adaptarse al cambio climático, la figura del regulador único, el derecho al agua o el debate sobre la gestión publico/privada del agua, la recuperación real de costes o la necesidad de incrementar la pedagogía ciudadana sobreel agua, fueron algunos de los temas surgidos en el debate, que puso de manifiesto la existencia de un amplio consenso sobre qué cabe hacer y una cierta dispersión sobre el cómo hay que hacerlo.

Rubén Alfaro reivindicó la importancia de la «supramunicipalidad» y las economías de escala que aporta como instrumento para dar respuesta a los graves problemas que plantea la gestión del agua para muchos ayuntamientos que son los propietarios de unas redes cada vez más obsoletas y faltas de mantenimiento.

En este sentido, Alfaro indrodujo en el debate el concepto de «pedagogía ciudadana», recordando que no siempre resulta fácil para un alcalde justificar ante el ciudadano la necesidad de inversiones en las redes hidráulicas que quedan «enterradas». «El ciudadano abre el grifo y se olvida. Sospecha que en algún sitio debe haber una bomba que eleva el agua hasta su piso, pero ahí se acaba todo», añadió. El presidente de la FVMP reivindicó la oportunidad de «sacar pecho de vez en cuando» si se habla de agua en España. «Se han hecho buenas cosas en depuración de aguas, en gestión, en la implantación del riego por goteo y, en general, por todo aquello que nos ha precupado, debido a nuestra escasez de agua y que no forma parte de la agenda política en otras comunidades», añadió.

En terminos similares se pronunció Salvador Navarro, presidente de la CEV. «En muchas cosas somos una comunidad ejemplar: hemos trabajado el goteo, la modernización. Se han hecho grandes esfuerzos y eso es justo reconocerlo, aunque quizá ha faltado trabajar con visión a largo plazo y buscar soluciones consensuadas», afirmó.

«Hemos sido capaces de mejorar la situación de partida, que no era buena, y administrar la escasez. Ahora es el momento de ponerse a pensar qué debemos hacer en los próximos años», explicó.

Para el representante de los empresarios es posible incluso un acuerdo nacional con una planificación «a largo plazo y con unos objetivos: alguien tiene que decir ahí no se puede construir eso o no puedes plantar lo otro porque si no estaremos cayendo en los mismos errores del pasado. Si algo no se puede hacer en un sitio, y se hace en otro, no pasa nada», concluyó.

Josep Vicent Boira apuntó a la gran transformación que va a suponer el auge de las ciudades y cómo la mayor parte de la población- hasta un 65% en 2030- se va a concentrar en ellas. «Muchos gobernantes van a tener que enfrentarse a las demandas de agua de sus ciudadanos en un ambiente de estrés hídrico, lo que les va a convertir en un elemento esencial en la gestión del agua».

En su opinión, el reto de la gestión hídrica llevará a las grandes ciudades a entrar de lleno en lo que algunos autores han definido como «soberanía de perfil bajo».

Regulador único

Francisco Bartual, de Aquae, y Enrique Cabrera, del ITA, fueron los primeros, en lanzar el gran reto del regulador único para el suministro de agua tras la exposición de Navarro, donde se encontraba implícita una figura que forma parte de la agenda de las empresas y de expertos como Cabrera desde hace años pero ¿cómo lo hacemos? Para Bartual : «los retos, las soluciones, están meridianamente claros, pero ¿Cuando empezamos?».

Enrique Cabrera, subrayó la «sensatez» en los planteamientos que iban surgiendo del debate, pero también se preguntaba sobre la vía para poner en marcha el proceso de cambio. «Tenemos problemas nuevos que requieren soluciones urgentes en un marco cultural y un marco institucional muy antiguo. Mover una pieza en el mundo del agua siempre es muy complicado», aseguró el catedrático.

Recordó la supervivencia de «derechos históricos de hace siete siglos», que conviven con retos tecnológicos como la eliminación de los contaminantes emergentes en un marco competencial «muy complejo» en que el fin de los fondos europeos dedicados a las grandes infraestructuras obliga, si o si, a aplicar las políticas de recuperación de costes que contempla la Directiva Marco del Agua. En este contexto, palabras como «gobernanza», o demandas como la del regulador único y la necesidad de una cierta pedagogia ciudadana emergen con fuerza.

«El medio ambiente es un usuario más, pero no cotiza, ni vota. No tiene por tanto capacidad de influir; el coste de la depuración con los contaminantes emergentes es mucho más caro y el recibo del agua a veces no cubre ni siquiera el coste de reposición de infraestructuras, cada vez más deterioradas. Sin embargo, si se plantea una pequeña subida en el recibo se te comen», puntualizó.

El regulador «único» sería en este contexto la figura encargada de abrir un espacio entre el administrado y los usuarios del agua, incluidos los gestores municipales. Preferiblemente independiente económica y políticamernte del poder político, aunque transparente en su gestión, abierta a la participación de los usuarios y responsable de la planificación a largo plazo.

Unos atributos que en opinión de la conselleria Elena Cebrián podrían asumir las confederaciones hidrográficas, «aunque no lo han hecho».

Francisco Bartual recordó que la figura del regulador único es una vieja reivindación del sector empresarial. «Existen grandes retos como garantizar los recursos en las grandes ciudades, mantener y mejorar las infraestructuras existentes, que se deterioran a un ritmo muy superior al de las inversiones y pese a ello seguimos estáticos, sin capacidad de maniobra e incapaces de aplicar políticas de recuperación de costes. Las empresas estamos muchas veces en medio y vemos que no avanzamos pese a estar de acuerdo en lo básico y parte de la responsabilidad de esos problemas que arrastramos recae en la ausencia de un regulador que tome las decisiones lejos de las presiones y las urgencias políticas», detacó.