La oposición a la política lingüística de la Generalitat se ha convertido en una de las piedras angulares del mensaje del PP para intentar desgastar al Consell. De eso no hay ningún tipo de duda. El problema le ha surgido a los populares a la hora de cuadrar una estrategia conjunta de rechazo a los decretos relacionados con el uso del valenciano e impulsados por la conselleria que dirige Vicent Marzà.

La dirección de los populares alicantinos ha optado por una negativa de tono político en un asunto de enorme sensibilidad, especialmente, en comarcas como la Vega Baja. Así, la decisión es liderar una estrategia de rechazo a la acción de la Generalitat en materia lingüística con mociones en todos los ayuntamientos. Una vía completamente alejada de la que ha puesto en marcha la dirección del PP en la provincia de València, con un toque «folclórico», de agitación en los pueblos y concentrada en una caravana que recorrerá las comarcas del interior de la provincia, una zona de dominio castellanoparlante.

Entre las propuestas más «políticas» de los alicantinos se encuentran, además de las mociones, reuniones sectoriales con familias y los colectivos vinculados al mundo de la enseñanza. Tampoco descartan acudir a los tribunales en una operación coordinada con la ejecutiva regional del PP, quien tiene la personalidad jurídica.