El PP de la provincia de Valencia (PPVal) reunió el martes en Chiva a 150 personas en la primera de las siete paradas de la «caravana educativa» contra el Decreto de Plurilingüismo con el que el Consell del Botànic comenzará a desmantelar el próximo curso la doble línea de enseñanza en castellano y valenciano. Denuncia que el nuevo modelo de línea única crea «alumnos de dos velocidades ya que resta oportunidades a los estudiantes de comarcas castellanohablantes, fomenta la desigualdad y secuestra la libertad de los padres a la hora de elegir la educación para sus hijos».

El Programa Educativo Plurilingüe Dinámico (PEPD) del tándem Compromís-PSPV establece una única línea estructurada en 6 niveles (Básico I y II, Intermedio I y II, y Avanzado I y II) en el que se va ascendiendo conforme se sube la carga lectiva en valenciano e inglés y se disminuye el castellano hasta el mínimo que exige la Ley Orgánica de Mejora de la Educación (Lomce) de impartir en español además de Lengua castellana otra materia no lingüística.

Así pues, mientras en el nivel Básico la mayoría de asignaturas se imparten en castellano, en el Avanzado II en 6º de Primaria el valenciano ocuparía el 49,3 % (Valenciano, Sociales, E. Física o Artística y Matemáticas), el inglés el 31,4 % (Inglés, E. Física o Artística, asignatura de libre disposición y Naturales) y el castellano el 19,3 % (Castellano, Religión o Valores Sociales).

Los colegios no están obligados a elegir los niveles con más valenciano, pero si quieren poder dar más inglés deben hacerlo, pues el PEPD se basa en estudios de las universidades valencianas que defienden que el bilingüismo favorece el aprendizaje de un tercer idioma. Sólo los tres niveles con más carga de valenciano e inglés (Intermedio II y los dos Avanzados) permiten que los alumnos obtengan automáticamente al aprobar Bachillerato certificados de conocimiento de ambas lenguas (A2 o B1 de inglés y B2 o C1 de valenciano).

El presidente del PPVal, Vicente Betoret, defiende la continuidad de la doble línea porque «permite escoger en libertad la lengua de enseñanza de nuestros hijos, respetando la idiosincrasia de cada zona, sin discriminar ni restar oportunidades». «Hasta ahora había convivencia, ahora, hay conflicto», dice.

Betoret acusa al Consell de «utilizar la lengua para lograr objetivos ideológicos con la consecuente minorización del castellano». En este sentido, critica que el decreto «fomenta las diferencias lingüísticas y de oportunidades» ya que «un alumno nacido en una zona castellanohablante tiene un punto de partida desigual». Por ello pide que se potencie el inglés «sin necesidad de penalizar ninguna lengua».

En Chiva también intervino la ex consellera de Educación, Maria José Català, quien defendió que en 17 cursos el Consell del PP triplicó el número de alumnos que estudiaban en líneas en valenciano al pasar de 74.277 en el último curso planificado por el gobierno del socialista Joan Lerma (1995-96) a los 235.970 en el 2012-13. Unas cifras que ya publicó Levante-EMV en exclusiva en 2013. Según Català esto se hizo «sin imponer y sin discriminar». Pese a este aumento del 217 %, apenas poco más de uno de cada tres alumnos (36,2 %) de Infantil, Primaria y ESO podían estudiar en la lengua propia, eso sí dicha proporción doblaba a la de 1995 cuando ni uno de cada seis podían hacerlo (14,9 %).

«No está justificado pedagógicamente que los niños por el hecho de coger valenciano puedan certificar un idioma extranjero de forma automática, porque un alumno con enseñanza en castellano también puede tener dicha competencia y se le excluye obligándole a ir a la Escuela Oficial de Idiomas o a academias privadas», critica.

Las próximas tres paradas de la «caravana» del PPVal serán en tres comarcas valencianohablantes como el Camp de Morvedre, l´Horta Nord y Sud, pero con mucha población de habla castellana.