La Audiencia Nacional ha decretado hoy, viernes 24 de marzo, prisión provisional sin fianza para el hombre de origen marroquí detenido esta semana en Benetússer por intentar captar, presuntamente, combatientes para el Estado Islámico. Otra jueza también ha enviado a la cárcel a los dos hombres de origen marroquí arrestados el miércoles en Roda de Ter (Barcelona) por supuesto adocrinamiento para unirse a la yihad, según han confirmado fuentes jurídicas.

La magistrada Carmen Lamela ha tomado declaración a los dos hombres detenidos en Roda de Ter, mientras que el arrestado en Benetússer ha comparecido ante el magistrado Santiago Pedraz, que le atribuye delito de colaboración con organización terrorista.

El hombre detenido en Benetússer es un hombre de 45 años y origen marroquí, aunque nacionalizado español. Se le acusa de difundir contenidos violentos, inicialmente en favor de Al Qaeda y actualmente del grupo terrorista Estado Islámico (Daesh).

Según el Ministerio del Interior, era un miembro activo de la 'yihad de la palabra' y sus actividades proselitistas le habían convertido en una amenaza real contra la seguridad pública al emplear las redes sociales, en las que tenía dos perfiles, para llevar a cabo un adoctrinamiento terrorista efectivo.

A través de la utilización de distintos perfiles virtuales, bajo nombres asociados a la épica yihadista llevó a cabo centenares de publicaciones con contenidos terroristas con el fin de captar y reclutar al mayor número de personas para viajar a zona de conflicto y llevar cabo la 'yihad violenta'.

En concreto, el detenido publicaba reiteradamente mensajes sobre adiestramiento en tácticas de combate, ensalzamiento de atentados yihadistas cometidos por el Daesh en Europa, Siria y otros países, haciendo especial hincapié frente a sus seguidores en conceptos radicales básicos, antesala de cualquier actividad terrorista: "La yihad es un deber ineludible", al igual que, "la imposición de la Sharía, de la lucha y la acción contra el enemigo".

El detenido se encontraba muy integrado en la comunidad musulmana de Benetússer, si bien desarrollaba las labores de adoctrinamiento y captación terrorista a través de Internet, con lo que preservaba en cierta medida su anonimato, según la investigación policial.