El doble de los que votaron a Alberto Fabra como presidente del PPCV en el cónclave de Alicante de 2012, pero sólo el 0,7 del censo de 150.000 militantes del que hasta hace poco presumían los populares. Alrededor de 2.000 compromisarios se han acreditado para asistir este fin de semana al Palau de Congressos de Valencia, una cita que servirá para proclamar a Isabel Bonig como presidenta del PPCV tras un proceso de primarias descafeinado, pero que supone un antes y un después en una organización acostumbrada a la elección digital de sus líderes.

Bonig peleó la fórmula un voto, un compromisario para mejorar el sistema de doble vuelta ideado por Génova. En la primera votación recibió el respaldo de más de 7.000 militantes (el precandidato alternativo, José Luis Bayo, acabó retirándose) y, tras la revisión del censo de inscritos, unos 2.000 afiliados y dirigentes, han comunicado su intención de estar en el congreso donde podrán votar, esta vez ya de forma definitiva, a Bonig y a su nuevo comité ejecutivo. La purga de inscritos (inicialmente había un censo mayor, que luego no ha confirmado su asistencia) facilita la intendencia al PPCV ya que un aforo de 6.o00 o 7.000 personas habría sido más difícil de gestionar. Se instalará una treintena de urnas

El cónclave comenzará el sábado con el debate de las enmiendas de la ponencia de estatutos. Por la tarde, se discutirá el documento social y de economía y a media tarde Bonig intervendrá para presentar su nueva ejecutiva. La lideresa ya ha dicho que habrá continuidad, aunque hará retoques. Está por ver si Bonig hará suya la fórmula de Rajoy y refuerza el sanedrín con la figura de coordinador o coordinadora para que haga de contrapeso a la secretaría general, un puesto que salvo sorpresas está reservado para Eva Ortiz. Bonig podría nombrar una tercera persona fuerte y situar una persona de la provincia de Valencia. De ser así, uno de los mejor situados es Jaime Bronchud. El domingo será el día de escuchar a Rajoy. Las fuentes del PPCV no tenían ayer la confirmación oficial, pero en Génova se da por hecho de que el presidente del Gobierno estará en la clausura.

Los distintos coordinadores de las ponencias comenzaron ayer ya a negociar las enmiendas presentadas con el fin de evitar discusiones espinosas en el congreso. La enmienda más molesta es la que presentó el senador Pedro Agramunt en la que se pide que se nombre presidenta de honor del PPCV a la exalcaldesa de Valencia Rita Barberá «inmediatamente» después del congreso. Técnicamente, la enmienda presenta problemas, por lo que será rechazada (políticamente es inaceptable para el nuevo PPCV de Bonig). La diputada y vicesecretaria del PPCV, Elena Bastidas, apuntó ayer en una entrevista en LevanteTV que la figura de la presidencia de honor podría chirriar con los estatutos nacionales, si bien se mostró partidaria de aprovechar la cita para hacerle «el homenaje que se merece».