No sirve cualquiera. En València existe un proyecto pionero desde hace cuatro meses centrado en acercar el sexo a las personas con diversidad funcional. Y es que hay quien jamás ha tenido una relación íntima. Ni tan siquiera hablamos de sexo. Hablamos de un beso, de una caricia, de ver como alguien contempla un cuerpo distinto con gesto de deseo y no de rechazo. Hablamos de tomar una copa en un bar, de noche, como cualquier pareja. Hablamos de pasear, de ir cogidos de la mano, de un beso en los labios. Hablamos de cosas sencillas para cualquiera que, sin embargo, para este colectivo son un tema tabú. La Administración, las familias, las asociaciones... centran sus ayudas en garantizar la asistencia básica y cubrir las necesidades de vivienda, trabajo, salud o alimentación. Pero ¿el sexo?

El proyecto «Sexualidad funcional» arrancó el pasado mes de septiembre y ofrece asesoramiento, talleres y acompañamientos íntimos. El primer apartado se centra en informar y orientar a los usuarios y a sus familias de cómo se pueden cubrir las necesidades sexuales y de cómo hay que abordar un apetito sexual que es exactamente el mismo que el del resto de los mortales; la segunda parte del proyecto se centra en la realización de talleres y actividades para abordar la afectividad, la fantasía, el erotismo, las relaciones... El último apartado del proyecto es el más llamativo, pero también el más delicado. Se trata de los denominados «acompañamientos íntimos».

Para dar a conocer este proyecto, el sábado 1 de abril se realizarán unas jornadas en los cines Aragón (de 10,30 a 14 horas) -con la colaboración de Eduterra- con la proyección del documental «Jo també vull sexe», un debate posterior y una mesa redonda con testimonios.

Jornadas este sábado

Se precisa inscripción para participar en las jornadas ya que la entrada es gratuita y el aforo limitado. Los interesados no deben perder tiempo. Cuando al directora del proyecto, Charo Ricart, presentó la iniciativa a Levante-EMV explicó la necesidad de contar con «acompañamientos íntimos» en la Comunitat Valenciana para poder llevar a cabo la última parte del proyecto, la más visible, la más novedosa. Pero, para desarrollar esta taresa no sirve cualquiera.

De hecho, tras unas jornadas introductorias donde se presentaron 20 personas, se realizó un taller de «acompañamiento» con 15. Finalmente ocho personas han recibido la formación necesaria y son hoy los «acompañantes íntimos» de la Comunitat Valenciana. Ya ha habido encuentros. Los usuarios ya disfrutan de un servicio que cambia vidas.

Charo Ricart explica ahora cómo son estos «acompañantes» mientras continúa con un proyecto al que quiere dar visibilidad ya que «el servicio se ofrece ahora desde diferentes entidades que trabajan con personas con diversidad funcional». Sin embargo, quedan muchas barreras que superar. La primera, la del desconocimiento. Por eso, Charo Ricart hace mucho hincapié en hablar de relaciones íntimas. La palabra sexo dispara la imaginación. Y también los miedos. Y los prejuicios.

«Los acompañantes íntimos han recibido la pertinente formación porque no todo el mundo sirve. Ésta no es una salida laboral. Acompañante y usuario pactan el encuentro, deciden hasta donde van a llegar, y establecen una compensación económica o de cualquier otro tipo, si lo consideran oportuno», explica la directora.

Sin embargo, nadie acude al encuentro «a la aventura». Charo Ricart controla todo el proceso, de principio a fin. «Entrevisto al usuario y le busco el acompañante que considere más adecuado. Ellos quedan una primera vez para hablar. Punto. Ahí pactan las reglas, las necesidades, lo que quiere cada uno. A lo que está dispuesto a llegar cada uno. Luego, si hay 'feeling' tendrán la cita y otra vez les vuelvo a entrevistar para ver resultados, sumar experiencias y hacer balance».