El portavoz del Parlamento europeo, Esteban González Pons, será el presidente de la mesa del congreso, un nombramiento con el que la presidenta del PPCV, Isabel Bonig, ha querido hacer un guiño a la provincia de València (sin influencia en esta última etapa) y a la propia dirección nacional del PP. González Pons es uno de los únicos valencianos con silla en el comité de dirección de Rajoy. Desde hace años está al margen de las cuitas internas del partido, pero nunca se ha desvinculado de la Comunitat Valenciana. De hecho, a quien en el partido sigue viéndolo como el alcaldable al cap i casal en 2019. De momento, el papel del exconseller se limitará a este fin de semana, pero su elección refleja el interés de Bonig de rebajar la tensión y garantizar un arbitro que no pueda ser cuestionado. González Pons, en línea con Génova, es partidario de evitar una guerra en Valencia. Una llamada a la integración que Dolores de Cospedal volverá a trasladar hoy.

Aunque la incógnita sobre si Bonig dará alas a una alternativa a Betoret (Mari Carmen Contelles está trabando en esta línea) no se despejará este fin de semana, el diseño del comité ejecutivo dará pistas. Bonig guardaba ayer silencio, pero está hablando con Betoret. Alicante tiene garantizada silla en primera fila con Eva Ortiz de secretaria general y está por ver si existe un contrapeso procedente de la provincia de València. Bonig podría hacerlo nombrando un coordinador o coordinadora. Aunque ese número tres será de su confianza, en el entorno de Betoret esperan algún guiño en la primera línea. Con todo, Bonig podría no abrir el melón y repetir la actual estructura con un número dos y tres vicesecretarías. Cambios mínimos.

Así las cosas, Ortiz habló ayer de 3.000 compromisarios (mil más que la cifra facilitada por el PPCV hace unos días) para un congreso que arrancará con el debate de las ponencias. Aunque se han contabilizado 400 enmiendas, la mayoría han sido pactadas, aceptadas o retiradas por lo que no se espera debates de calado.