Mes y medio después de la salida de sus dos máximos dirigentes, el instituto de investigación biomédica del Hospital Clínico de València, Incliva, sigue descabezado, según confirmaron ayer fuentes del centro. La Conselleria de Sanidad no ha encontrado todavía sustitutos para Rafael Carmena, director general, y Josep Redón, director científico que presentaron su dimisión a mediados de febrero.

Según ha podido saber este diario, la intención de la administración era la de poner a una mujer al frente de la institución aunque las especialistas a las que se ha tanteado en estas semanas para ocupar el cargo, lo han rechazado.

De esta forma, en las quinielas para ocupar el sillón del Incliva se pensó en la figura de la oncóloga Ana Lluch, profesional de referencia en el cáncer de mama y en la investigación oncológica a nivel europeo. Lluch, sin embargo, declinó embarcarse en el proyecto dentro de su misma «casa» -es catedrática de Medicina en la Universitat de València y jefa del Servicio de Hematología y Oncología del Hospital Clínico Universitario de Valencia- al parecer por la gran cantidad de proyectos en los que ya está embarcada. De igual manera declinó ocupar la dirección general del instituto María Jesús Sanz, catedrática de Farmacología en la Universitat de València, codirectora del Grupo de Investigación en Inflamación dentro del Incliva y presidenta de la sociedad española de Farmacología desde 2014.

Ahora se estaría en conversaciones con otros profesionales y no se descarta que la administración tenga que aparcar su pretensión de poner a una mujer al frente del Incliva.

Por otro lado, una cuestión paralela podría estar influyendo también en los problemas de la administración para encontrar sustitutos es la Ley de Transparencia. Los directores del instituto de investigación, pese a que no tienen sueldo por el puesto, sí están considerados como altos cargos de la administración y, por ello, están obligados a hacer pública su declaración de bienes en el portal de Transparencia del Consell.

El instituto ha requerido un informe específico sobre este tema a la Abogacía de la Generalitat, según fuentes del instituto y, al menos, el director general del Incliva sí tendría que rendir este tipo de cuentas públicas al aceptar el cargo, una exposición a la que no todos estarían dispuestos, máxime por el desempeño de un cargo por el que no se cobra.

Sin consolidación de contratos

Por otra parte, el problema que generó la salida de los dos directores del instituto seguirá ahí para los nuevos responsables del centro: la marcha forzada de parte de los investigadores a los que, por ley, no se les puede consolidar los contratos temporales de investigación que tienen más allá de los tres años estipulados.

Este fue el principal motivo aducido por Carmena y Redón para su salida que mostraron sus discrepancias por el caso de una investigadora en concreto que llevaba siete años encadenando becas y contratos temporales y a la que no se podía retener.