Pablo Iglesias continúa acomodándose en la dirección de Podemos después de que el pasado mes de febrero saliera reelegido como secretario general, ganándole la batalla a Íñigo Errejón. Los cambios en el grupo parlamentario (recolocaciones de los diputados y traslado de algunos errejonistas al «palomar», como a la valenciana Àngela Ballester) han estado acompañados de la reorganización de la cúpula de la formación, a lo que ahora se une la renovación de la directiva de la fundación Instituto 25M.

Al frente de esta organización cuyo fin es el análisis, la formación y «la creación política y cultural» se sitúa ahora el pablista Federico Severino, cercano a Rafael Mayoral, en sustitución de Jorge Lago, sociólogo y dirigente del partido, que concurrió en la lista de Errejón en Vistalegre II. Ahora será el propio Iglesias quien ocupe el cargo de presidente de esta fundación. Eso sí, el puesto tiene un papel simbólico, remarcan desde la misma.

En cualquier caso, los movimientos continúan en la línea de restar peso a los seguidores de Errejón, y más teniendo en cuenta que una de las tareas que acometerá Severino será reformar el funcionamiento de las «moradas» para «descentralizarlas», las sedes sociales que Podemos tiene en Madrid, Bilbao y València y a través de las cuales el sector del exnúmero dos del partido y sus afines han difundido sus tesis.

Según fuentes consultadas, la morada está gestionada por miembros del consejo municipal, cuyo secretario general es Jaime Paulino. Abrió sus puertas gracias a las aportaciones de Podemos en la ciudad y de una campaña de micromecenazgo. Financieramente, estas sedes sociales se mantienen en parte a través de la fundación que ahora preside Iglesias.

El «cesarismo» de Iglesias

La morada valenciana, de hecho, fue inaugurada por el propio Íñigo Errejón el pasado mes de octubre. Durante una semana se realizaron diferentes actividades, charlas y talleres en las que participaron, entre otros, la diputada Àngela Ballester y el secretario general autonómico Antonio Montiel, ambos figuras de apoyo del madrileño en tierras valencianas. En el caso de Ballester, única valenciana en la Ejecutiva hasta Vistalegre II, ha sido defenestrada no solo en el hemiciclo, sino también apartada de este órgano de dirección del partido.

Respecto a Montiel, tras la derrota de Errejón, ya ha anunciado que no se va a presentar a renovar el cargo en la próxima asamblea de la C. Valenciana del 14 de mayo, al tiempo que ha declarado en una reciente entrevista recogida por Levante-EMVLevante-EMV que apoyar a Errejón le ha «pasado factura».

Precisamente Montiel protagonizó uno de los momentos más sonados de la corta vida de la morada valenciana. Durante un debate en la sede situada en la calle Cádiz, el también portavoz de Podemos en las Corts consideró que se debía «corregir» la «fórmula plebiscitaria» de la secretaría general del partido que permite convocar a una asamblea a los inscritos «saltándose la organización», ya que, según dijo, «eso lo hacía Saddam Hussein, Franco y lo han hecho otros personajes a lo largo de la historia para justificar la idea de que entre el líder carismático y el pueblo no hay nada».

El portavoz parlamentario explicó el concepto académico de «cesarismo» político y provocó la reacción airada de diferentes referentes podemistas, entre ellos el de Juan Carlos Monedero, quien llegó a pedir acciones contra Montiel.

De hecho, el miembro fundador participó el pasado mes de enero en un acto en València organizado por el proyecto interno de apoyo Iglesias. No acudió a la morada, sino a la sede de CC OO en la ciudad. La semana pasada, Iglesias presentó un libro de Héctor Illueca en la facultad de Filología de la Universitat.