«Este colegio ha elegido la conciliación familiar». El CEIP Bartolomé Cossío incorporará a sus aulas el curso que viene la jornada continua. Con casi el 90% de participación, una cifra más que impresionante, esta escuela ha dicho, casi de forma unánime, sí a empezar a las 9.00 horas y acabar a las 14.00, con la posibilidad de quedarse al comedor y salir, entonces, a las 15.30 horas o apuntarse, además, a las actividades extraescolares gratuitas del centro hasta las cinco de la tarde.
Así, el centro se convirtió, tras las votaciones del 4 de abril, en el que más síes a la jornada continua y se adjudicó el quinto puesto en la provincia.
Las representantes del colegio público mostraban ayer su gran satisfacción por el cambio y contaban a Levante-EMV que los resultados han sido fruto de un proceso que se ha basado en el gran trabajo y en un deseo de que -menos 14 votos- todo el colegio compartía.
Además, en los meses previos a las votaciones, la comisión de padres y maestros organizó asambleas informativas que, según cuenta la directora del centro, tuvieron una asistencia «masiva». Estas reuniones respondían a la pregunta «¿Qué significa la jornada continua?».
Algunas familias del colegio ya conocían el funcionamiento del sistema debido a que vienen de otros países donde la jornada continua está normalizada en la enseñanza infantil y primaria. Daiva Laikünaité, madre de dos alumnas del colegio, explica que cuando ella era pequeña iba al colegio con un sistema de jornada continua. «Mi infancia ha sido muy feliz, no como ahora. Mi hija está frustrada, es llegar a casa y ponerse a hacer deberes y luego no hay tiempo ni para hablar».
Flexibilidad y familia
Para ellas, hay una clara ventaja en la jornada continua: la flexibilidad. «No es un centro homogéneo. El dar más flexibilidad en el horario hace que abarque a más familias». Victoria Sánchez, maestra del centro, destaca que el tipo de familias y los trabajos que tienen en el colegio es muy variado y que «muchos de ellos son trabajos temporales o en malas condiciones».
Según relata, «esto supone que a veces unos días puedan recoger a los niños a las dos de la tarde y otros, a las tres». Esta es una de las razones por las que en el Bartolomé Cossío la jornada continua ha sido una alegría. «A los padres y madres de este cole les da mucha tranquilidad», añadían. «Este es un centro multicultural y las necesidades de cada colegio son diferentes», apunta Molero.
Hay otro aspecto que es «vital» para las familias de esta escuela. «La razón por la que ha salido el sí tan rotundo no es el mayor rendimiento», indica una maestra, «sino la conciliación familiar». Desde el centro señalan que, con la jornada continua, el alumnado tiene más tiempo para estar con sus familias.
«Las familias entienden, en este centro, la conciliación familiar desde otro punto de vista», añade la directora del centro, Rosa Molero. «Afrontamos con ilusión el cambio pero estamos a la expectativa para ver cómo funciona, vamos con cierta inseguridad», concluían. Pero hay algo indiscutible, y es que en Bartolomé Cossío los resultados han hablado por sí solos.
