El Servicio de Bomberos Forestales de la Generalitat, antes Brigadas de Emergencias, mantiene un pulso con la empresa pública Tragsa a la que el Consell encomienda la gestión del colectivo. Tanto les Corts Valencianes, mediante una ley, como la Generalitat, han apoyado la creación de este colectivo con mayores responsabilidades y más profesionalizado. Sin embargo, y pese a este apoyo «político», las conversaciones con Tragsa no avanzan y los trabajadores reclaman convertirse en un «servicio público» no subrogado con la empresa estatal.

El pasado 5 de abril los brigadistas se manifestaron ante la Agencia de Seguridad y Respuesta frente a las Emergencias y mantienen un calendario de movilizaciones -la próxima el 11 de abril- que desembocará en una huelga indefinida el 13 de abril, en el inicio de la campaña especial de Semana Santa, si antes no hay un acuerdo. Existe preocupación en la Generalitat por este conflicto, que esperan quede resuelto antes de esa fecha.

Las brigadas, ahora bomberos forestales, son casi 500 profesionales, apoyados en parte en autobombas, con amplia experiencia en la extinción. «No hay plan B», admiten en la Generalitat, que espera no tener que recurrir a los servicios mínimos. El próximo lunes ha sido convocada de nuevo la comisión negociadora entre Tragsa y los trabajadores.