Su futuro laboral es incierto. Terminar una carrera universitaria no es fácil pero hace años que el esfuerzo que supone tener estudios superiores no es garantía para conseguir un trabajo. Al menos, un trabajo que no contemple contratos en prácticas, becas interminables y horas extra que no aparecen en ninguna nómina. Los jóvenes que acaban ahora sus estudios ven ante ellos un mercado laboral plagado de barreras y bajos salarios. Ante este panorama ¿qué futuro laboral esperan las nuevas generaciones? ¿Qué perspectivas tienen los estudiantes más formados de las últimas décadas?

Los resultados de una encuesta realizada a estudiantes preuniversitarios (a partir de 15 años) -denominado «Young Business Talents» y dirigido por el profesor de la Universidad de Granada Daniel Arias Aranda- asegura que casi la mitad de los jóvenes (el 45,76%) espera ser asalariado, y trabajar para la empresa privada. Conseguir un contrato de por vida con la Administración ya no es ni tan siquiera un plan B. Solo uno de cada cuatro estudiantes (el 24,5%) quiere ser funcionario. El resto (un 29,8%) se hará eco de la denominada era de los emprendedores para intentar tener su propio negocio.

Radiografía autonómica

En la Comunitat Valenciana los estudiantes cumplen con la radiografía nacional que presenta el informe: la primera opción es ser empleado de la empresa privada (un 39,48%); en segundo lugar se encuentra ser emprendedor (un 33,91%) y en tercer lugar, conseguir una plaza de funcionario por oposición (un 26,50%). De hecho, los valencianos superan la media nacional con la única excepción de montar su propio negocio, una opción tres puntos por debajo de la media nacional. Y eso que la provincia de Valencia y la de Alicante se encuentran en las primeras posiciones sobre las zonas preferidas por los jóvenes para estudiar y trabajar, situadas en el cuarto y octavo lugar, respectivamente. Por ello, los valencianos también se encuentran entre los más reticentes a buscar un futuro laboral lejos de su tierra.

Ahora bien, los estudiantes valencianos sí saben, en un 65,34% de los casos, qué futuro académico quieren tener, aunque no sea garantía de obtener un puesto de trabajo. Y visto el mercado laboral español, los jóvenes tampoco tienen reparos a la hora de pensar su futuro en otro país. De hecho, el 81,26% de los jóvenes de entre 15 y 21 años están dispuestos a cambiar de lugar de residencia para mejorar sus posibilidades de empleo profesional. Y ya puesto a vivir en otro país, la mayoría prefiere ir a Estados Unidos.