El primer gerente de Ciegsa, Javier García Lliberós, ha asegurado hoy que no hubo "desfases" en la construcción de colegios durante su gestión, que esa empresa era considerada "modélica" por otros gobiernos autonómicos por su "agilidad y rapidez", y que siempre se cumplió la legalidad.

García Lliberós, quien fue gerente de Ciegsa de 2001 a 2003 -cuando según ha explicado se le relegó por la "disputa política" entre zaplanistas y campsistas-, aunque siguió en la empresa hasta 2006, ha iniciado las comparecencias en la comisión de Les Corts que investiga la actividad de la empresa pública dedicada a construir colegios.

"Éramos meros constructores, licitadores y ejecutores de algo que siempre nos decía la Conselleria de Educación", ha indicado García Lliberós, quien ha defendido que Ciegsa fue una forma "ágil y eficaz" de cumplir la Logse, "incluso más barata que si la Conselleria hubiera seguido los procedimientos habituales".

Ha indicado que le designó para la gerencia el entonces president de la Generalitat Eduardo Zaplana por su currículum, pues tenía treinta años de experiencia en puestos ejecutivos en el sector de la construcción y la promoción, y ha negado que influyera el que su esposa en esa época, Alicia de Miguel, fuera consellera y portavoz del Consell.

García Lliberós ha destacado que los controles por parte de la Conselleria eran "constantes", y de hecho si los técnicos de ese departamento no daban el visto bueno a las obras no se recibían y en consecuencia no se pagaban, y ha destacado que el convenio de Ciegsa y los pliegos de condiciones los elaboraba la Abogacía de la Generalitat.

El exgerente de Ciegsa ha defendido que se licitaban las obras de los colegios por lotes para abaratar costes y para que se hicieran también los centros "que nadie quería hacer", porque estaban lejos o eran pequeños, y ha negado que eso restringiera la competencia, pues hubo obras que tuvieron "hasta treinta empresas ofertantes".

Según ha dicho, intentaron "ajustar al máximo" los costes y evitar los modificados, pero hubo cambios por el "aumento incesante" de la población escolar en una época de "gran inmigración" y la Conselleria hacía "constantes ampliaciones", e incluso el conseller Manuel Tarancón "impuso" en los centros la pilota valenciana, lo que obligó a hacer instalaciones que subían el presupuesto.

Ha explicado que en 2004 "un porcentaje importante" de personas nombradas por el Consell de Zaplana fue apartado del cargo al llegar Francisco Camps a la presidencia, y en su caso le asignaron labores "totalmente administrativas". Preguntado sobre si siguió cobrando como gerente hasta 2006, ha indicado que en los años que estuvo en Ciegsa cobró "más o menos lo mismo".

Además, ha explicado que en la época de más trabajo llegó a haber 80 o 90 trabajadores en Ciegsa, que fueron seleccionados "conforme a la normativa" vigente, y ha justificado la elección de la calle del Pintor Sorolla para ubicar la sede en que se les indicó que fuera "significativa", aunque el alquiler estaba "por debajo del mercado".

García Lliberós ha indicado que la Generalitat les hacía aportaciones para el gasto corriente, pero el montante de las obras se consiguió a través de bancos extranjeros, especialmente el BEI, ya que la Conselleria no disponía de suficiente presupuesto para ello y Ciegsa "se podía endeudar perfectamente".

Ha indicado que la Conselleria les envió 275 expedientes, de los que a finales de 2003 habían acabado 101 obras y 108 estaban en licitación o ejecución, y ha justificado que una vez al año se pudieran gastar 2.000 o 3.000 euros en una comida de Navidad, un gasto "no solo asumible, sino bastante económico para la gente que había".