La operación retorno tras las vacaciones de Semana Santa transcurrió con normalidad en las carreteras valencianas sin tener que lamentar víctimas mortales. El único fallecido se produjo el domingo en la carretera CV-370, a la altura de Vilamarxant, cuando un hombre de 49 años murió y otras tres personas resultaron heridas.

o obstante, pese al buen balance de este año, durante la tarde de ayer, en la que muchos valencianos optaron por regresar a sus casas, se alcanzaron retenciones de hasta 30 kilómetros en la autovía A-3, sentido València. Los tramos más afectados en esta vía fueron entre Siete Aguas y Utiel y a su paso por Riba-roja, según fuentes de la Dirección General de Tráfico (DGT).

Otros puntos conflictivos en los que se produjeron colas kilométricas fueron en la A-35, a la altura de Vallada sentido València, con doce kilómetros de retención tras un accidente, y en la A-23, en Segorbe (con otros diez kilómetros). En la autopista AP-7 también hubo atascos derivados de sendos accidentes, ambos en sentido Barcelona, en los municipios castellonenses de Benicarló y Santa Magdalena de Polpís.

En la provincia de Alicante también se registraron retenciones de diez kilómetros a primera hora de la tarde en la A-31, a su paso por Orihuela, sentido Madrid, aunque conforme fue avanzando la tarde el tráfico se restableció.

Fuentes de la DGT informaron que las principales retenciones comenzaron al mediodía en la A-3, entre Utiel y Requena, llegando a su momento más conflictivo a media tarde, con hasta 30 kilómetros de colas sentido València. En la entrada a la capital del Túria por la V-21, en Alboraia, también se produjeron atascos de tres kilómetros.

Por otra parte, durante la madrugada una joven de 26 años tuvo que ser atendida por una crisis de ansiedad después de que un jabalí invadiera la carretera entre Benicàssim y Castelló.