Subastas Segre, con sede en Madrid y fundada por Cavero junto a Carmen Cafranga, expresidenta de la Fundación Caja Madrid y condenada por el uso de las tarjetas black, ya había sido investigada por el grupo de Patrimonio de la Policía de la Generalitat al anunciar en su web obras de arte que resultaron ser falsificaciones. Según ha podido saber Levante-EMV, en los últimos dos años hasta 40 obras falsas que eran comercializadas por esta empresa de subastas han sido intervenidas por los investigadores valencianos.

Llama la atención que en la llamada «Operación Gouache», donde se intervinieron 35 obras falsas del pintor alicantino Eusebio Sempere, la mayoría de ellas se comercializaban a través de Subastas Segre. De hecho, su presidenta llegó a ser interrogada en 2015 por el grupo de Patrimonio, aunque no se le llegó a imputar delito alguno. Las fuentes consultadas por este periódico informaron que con la última modificación del Código Penal anunciar obras falsas si supondría un delito contra la propiedad intelectual recogido en el artículo 270, ya que también se castiga «al que se beneficie directa o indirectamente».

Además del piso de la avenida Navarro Reverter, el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco ordenó el registro de la sede en Madrid de Subastas Segre. La citada empresa puso el pasado año a la venta 110 lotes de relojes, joyas y plumas de David Marjaliza, uno de los principales encausados en la trama Púnica. Destaca la venta de una pluma de una edición limitada, de oro amarillo y esmalte rojo y 274 diamantes, adjudicada por 18.000 euros.