Los gritos y el cruce de acusaciones que pudieron escucharse en la junta directiva provincial del pasado miércoles evidenciaron la magnitud de la fractura interna en la organización y la existencia de rencillas personales entre un bando y otro que difícilmente podrán superarse gane quien gane el congreso. Con todo, más que el desenlance, en estos momentos lo que preocupa a muchos cargos y militantes es el proceso en sí.
Muchos están convecidos de que tanto un bando como otro usaran todos los medios a su alcance para invalidar al contricante, aunque ello conlleve sacar los trapos sucios a la calle. De hecho, tal como ha arrancado el proceso, nada hace vaticinar una pelea limpia. En esta última semana, Betoret y Contelles se han cruzado todo tipo de acusaciones. El primero ha apuntado a la falta de lealtad de la portavoz en la diputación y desde su entorno se ha subrayado el hecho de que Contelles, con el apoyo de antiguos colaboradores de Alfonso Rus, está maniobrando en los pueblos para lograr apoyos. Hay voces que ponen en cuestión que la exalcaldesa de la Pobla de Vallbona intente, con el respaldo velado de Bonig, liderar la regeneración en el partido cuando sigue imputada por presunta irregularidad urbanística en un asunto de su antiguo ayuntamiento. Además, se recuerda que mantuvo relación con el empresario Alejandro de Pedro, uno de los principales imputados de la trama Púnica.
Esta misma semana, Contelles en una entrevista radiofónica acusó a su contrincante de, a través de uno de sus colaboradores, de haber contactado con el alcalde de la Pobla de Vallbona, de Compromís, en busca de algún asunto turbio que le perjudique. Estas supuestas gestiones también se habrían hecho en la Conselleria de Infraestructuras para perjudicar a Bonig. Estas acusaciones son negadas con contundencia desde la dirección provincial que a su vez afea a ciertos sectores que apoyan a Contelles seguir removiendo el caso Taula para sembrar dudas sobre Betoret, cuyo nombre apareció en el sumario, aunque no fue imputado.
Este cruce de acusaciones también ha hecho mella en la dirección nacional cuyo apoyo a Betoret podría empezar a agrietarse.
De hecho, el fantasma de una gestora sigue vivo. Estos días ambas partes están tratando de destensar el ambiente, pero casi nadie espera unas primarias tranquilas: «Ambos se juegan su futuro e irán a por todas; de aquí al congreso puede pasar de todo», destacaba ayer un veterano del PPCV.
