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Residuos

La falta de centros para residuos obliga a mover 1.000 tn. diarias de basura y genera déficits millonarios

Los consorcios que carecen de instalaciones tienen que pagar precios de hasta 90 euros la tonelada a los que disponen de vertedero - La Generalitat está elaborando un nuevo Plan Integral de Residuos

Más de 1.000 toneladas de residuos son trasladadas a diario en la Comunitat Valenciana en un trasiego sin fin que supone millones de euros en sobrecostes y un elevado impacto ambiental cuantificable en emisiones de CO2, que equivale para cada transporte -estimados en un mínimo de 50 camiones diarios desde el origen de la basura hasta lejanas plantas de tratamiento- a las que generan 547 viviendas, según admite en su portal de internet el Consorcio de Residuos COR V5, uno de los más afectados por la falta de instalaciones.

Los avances «administrativos», la «reordenación de los flujos» de basura y el resto de gestiones realizadas por la Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente no han logrado, por el momento, evitar que comarcas enteras tengan que trasvasar a diario sus residuos a 80 ó 90 kilómetros de distancia y pagar un precio, a veces desorbitado -siempre a merced del receptor-, por cada tonelada entregada.

En este apartado, el ejemplo del COR V5, que agrupa a las comarcas de la Safor, la Vall d´Albaida, la Costera, la Canal de Navarrés y el Valle de Ayora, resulta paradigmático. Da servicio a 350.000 personas (500.000 en verano) y solo dispone de una pequeña instalación para compactar en Rótova. La basura, apenas prensada en el camión que la recoge, sale cada día para Algimia de Alfara (32.000 tonela-das/año), Llíria (18.000 tn/a), Caudete de las Fuentes 25.000 tn/a), Guadassuar (17.800 tn/a) y Alicante ( 8.800 tn/a) gracias siempre a acuerdos bilaterales entre consorcios que tutela, pero no siempre controla, la Generalitat.

En total, 135.000 toneladas al año de basura que entrega, para que traten otros, con un coste que oscila entre los 48 y los 90 euros por tonelada, a los que hay que añadir el coste del transporte necesario para mover 370 toneladas de basura diaria y que según fuentes del sector sería de unos 10 euros por tonelada para un recorrido «estándar» de 80 kilómetros.

Otro tanto ocurre en la Vega Baja, con una producción anual de 200.000 toneladas diarias y sin un mal centro de transferencia o un lugar donde prensar la basura para ahorrarse algún camión. Lastrada por años en los que la gestión de la basura fue sinónimo de corrupción, cada día salen de la comarca casi 550 toneladas de residuos camino de Xixona, Elx y, sobre todo, Murcia.

Finalmente, está el caso de Castelló, donde se generan unas 150.000 toneladas que a partir de 2012 fueron tratadas de forma casi modélica en las plantas de Onda y, sobre todo, Cervera. Sin embargo, Onda se ha quedado obsoleta, su modernización avanza muy lentamente, todavía en los despachos.

Hace unos meses, la planta de Onda derivaba el equivalente a 40.000 toneladas anuales a Cervera, aunque esta cantidad va en aumento y no se descarta que el área de Castelló tenga que recurrir temporalmente a los servicios de la de Alfara de Algimia, la planta «modelo» que la Conselleria de Medio Ambiente pone como ejemplo, superada ahora en «modernidad» por la recientemente inaugurada en Guadassuar.

Cálculo pendiente

No existen estudios pormenorizados que cuantifiquen al detalle el sobrecoste para la sociedad valenciana de carecer de instalaciones de tratamiento o tenerlas obsoletas, aunque si el coste «razonable» de hacer «bien» el tratamiento no supera los 50 euros la tonelada, pagar hasta 90, más los costes de transporte y los ambientales por hacerlo a muchos kilómetros de distancia, supondría de media elevar en 30 euros los gastos por cada tonelada y generar, «en números gruesos», según fuentes del sector, un agujero anual de casi 11 millones de euros que sería innecesario con las instalaciones adecuadas.

El problema se agravará en el corto plazo. Europa quiere que antes de 2020 ningún país lleve a vertederos más del 20% de la basura que genere, endurece el principio de proximidad y obliga a primar a los ciudadanos que más reciclen.

En ese contexto la Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente ha acometido la modificación del Plan Integral de Residuos (PIR) y aplazado algunas decisiones que afectan a planes zonales y a instalaciones concretas hasta su aprobación por el Consell.

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