El cierre de filas ayer en València de la plana mayor de Albert Rivera y todos los cargos institucionales valencianos que se mantienen fieles a las siglas de la formación centrista junto con el ninguneo de la dirección a los críticos en las Corts y la agenda de prioridades en el discurso que marcó el número dos del partido, José Manuel Villegas, enmarcan la fotografía del partido naranja diez días después de que se escenificara la ruptura en el grupo parlamentario.

Villegas dejó claro quien manda en Ciudadanos (sólo él intervino) y anunció a sus correligionarios que su partido ha detectado ya los flancos débiles del Consell para que sobre ellos refercen las críticas. Los pilares del nuevo discurso de la formación naranja serán los reproches a la política educativa, la sanitaria y la lingüística, aunque en ese discurso ya está el PP. Villegas añadió que Ciudadanos va a ser equidistante de un PP corrupto y de un Consell que busca el enfrentamiento, según dijo.

El secretario general admitió que nadie de la dirección se había puesto en contacto con el exportavoz Alexis Marí y los tres diputados críticos (David de Miguel Alberto García, Domingo Rojo) para tratar de convencerlos de que sigan hasta que acabe la legislatura. Tampoco la comunicación con ellos era antes muy fluida.

«Nadie me ha dicho que quiera marcharse», zanjó Villegas. «Vamos a intensificar la coordinación para ser más efectivos», anunció.

En su opinión, Ciudadanos será alternativa de gobierno en 2019. En ese contexto juega un papel importante el diputado Toni Cantó que tras la reunión emitió un comunicado para anunciar que su partido ha logrado «arrancar» al Gobierno más de 4.000 millones de los presupuestos para el corredor mediterráneo hasta 2025.