«Los encorbatados son los que han maquinado para joder al mundo y sacar tajada de los pobres». Esos de las corbatas son el exconseller Rafael Blasco y el empresario Augusto César Tauroni, y el que carga contra ellos es Fernando Darder, presidente de Esperanza sin Fronteras, una de las ONG que presuntamente sirvió para desviar fondos que debían ir a parar a proyectos de cooperación internacional.

Le llamaban «el medallas». «El más condecorado de toda Europa», explica Darder a Levante-EMV. «El general de campo de la Generalitat en temas de cooperación», añade. Había trabajado con la administración valenciana previamente, pero con «cositas pequeñas». En 2009, recibió la insignia de la Unesco por méritos y distinción de Protector de la Paz Mundial, hecho que, según relata, «llamó la atención» de la trama de Blasco. Tras un acto público en Foios, se le acercó un miembro de Entre pueblos, después llamada Hemisferio, fundación presidida por Tauroni, ahora en la cárcel por la primera pieza enjuiciada del caso Cooperación.

«Allí empezó mi perdición», cuenta Darder. Según la investigación, esta fundación se dedicaba a redactar proyectos de ONG para que después la conselleria de Blasco les adjudicara distintas ayudas, que después iban a parar a apartamentos en Miami o yates, según la instrucción. «Yo de todo eso no me enteraba de nada», asegura Darder. «La fiscalía ofrece seis meses de prisión y una multa. La multa no la puedo pagar, llevo cinco años sin trabajar, nadie confía en mi. Además tengo leucemia. Los seis meses los acepto, por imbécil, por no ver lo que estaba pasando, por no haber pedido explicaciones», lamenta el cooperativista, que ahora tiene un restaurante.

Llevó adelante dos proyectos redactados por la fundación, y los dos resultaron adjudicatarios de ayudas públicas, más de 260.000 euros cada uno. «Me enteré de que pasaba algo cuando me llamaron del banco para decirme que me habían devuelto un cargo de más de 50.000 euros. Eso era imposible, porque los giros que yo realizaba nunca eran de más de 20.000 euros, porque las leyes internacionales de cooperación lo prohiben», expone. «Diez días después explotó todo»

«Me utilizaron por mi solvencia y mi imagen. Porque yo sí que realizaba los proyectos. El orfanato de Perú está ahí», defiende. «Me han hundido la vida. Blasco y Tauroni deberían dejar de jugar al ratón y al gato con el fiscal y confesarlo todo», arremete Darder, detenido durante la operación policial que desmontó la trama y ahora a la espera del juicio.