La situación económica preocupa y mucho a los valencianos. Y, además, cada vez más. Los datos hablan por sí solos: tres cuartas partes (un 75,2 %) evalúa como mala o muy mala la actual coyuntura económica en España, mientras que hasta un 77 % tiene la misma opinión negativa respecto a la economía en la Comunitat Valenciana. Este negativo clima de opinión, recogido en el último barómetro de Invest Group para Levante-EMV e Información, contrasta con los discursos optimistas de los dirigentes políticos respecto al crecimiento económico y la salida de la crisis. En resumidas cuentas, no hay brotes verdes para los valencianos.
El suspenso, tanto cuando se pregunta por la economía en España o como por la de la Comunitat Valenciana, es, además, más intenso respecto a anteriores barómetros. Y es que el fenómeno de la polarización en las opiniones se traslada también al campo de la economía y la política. Así, ese 77 % de valencianos que ve negativa la situación económica de la Comunitat Valenciana supone el peor registro de los estudios publicados desde octubre de 2015, pero al mismo tiempo crece el porcentaje de quienes la califican de forma positiva (17 % frente al 8 % del barómetro de octubre de 2016). El colectivo de los que se sienten más comodos en la tierra de nadie del «regular» desciende del 24 al 5 %.
Las voces más críticas proceden de Alicante y se sitúan en el tramo de edad de entre los 35 y los 49 años. Existen pocas diferencias en cuanto al sexo, aunque el porcentaje de mujeres que ve muy mala la situación está casi dos puntos por encima que en los hombres.
Por otro lado, el desbloqueo de la situación política en España después de que Rajoy lograra formar gobierno no ha mejorado el desencanto de los valencianos con la política que fue detectado en el barómetro de octubre de 2016. La situación política en España sigue siendo mala o muy mala para la mayoría: un 84,5 % de los encuestados, si bien crece al 10 % aquellos que están satisfechos.
Pero las cosas no se ven mejor a este lado del Mediterráneo. Los dos años de Gobierno del Botànic no han hecho cambiar la opinión negativa de la mayoría de los valencianos respecto a la situación política en la Comunitat Valenciana. Casi el 68 % la considera mala y muy mala. Ahora bien, el porcentaje que la valora positivamente se ha disparado y sube casi diez puntos hasta situarse en el 25%.
Las preocupaciones
En el contexto de una ciudadanía preocupada por la situación económica, la falta de trabajo vuelve a situarse en la cima de la lista de preocupaciones. Ocho de cada diez manifesta su desazón por las dificultades para encontrar trabajo. La corrupción, que ha copado la agenda política en los últimos años, persiste en el segundo lugar (aluden a ella el 66 % de las personas entrevistadas), mientras que la sanidad y la educación conservan su tercer y cuarto lugar, respectivamente. Con todo, el barómetro revela que la inquietud en estos dos temas pierde intensidad. Cae casi diez puntos en el ámbito educativo.
Respecto a la corrupción, el estudio muestra que aunque el paro y la corrupción siguen en el top ten de la lista de problemas, con el Gobierno bipartito los niveles de preocupación han bajado.
La sorpresa de la encuesta viene de la mano de la financiación autonómica, un asunto que escala posiciones y se sitúa como quinta preocupación de los valencianos. A uno de cada cinco le preocupa el reparto del dinero entre comunidades autónomas. De esta manera, la reivindicación más importante del Ejecutivo de Ximo Puig ha empezado a calar. En la misma línea, las inversiones del Estado en la C. Valenciana y el corredor mediterráneo preocupan más que hace medio año.
El análisis en función del sexo ratifica los estereotipos de género. Así, las mujeres están mucho más preocupadas que los hombres por los asuntos que tienen que ver con la sanidad y la educación. También les produce más inquietud la llegada de refugiados. A los hombres, por su parte, les quita más el sueño la financiación autonómica, las inversiones y el corredor.
Los jóvenes y mayores coinciden en su preocupación por el paro, mientras que la corrupción inquieta más a los que tienen entre 35 y 49 años.
