«Sabemos que es un voto que muchos países van a mirar; Francia siempre ha sido un ejemplo». Juana, una votante francesa, tenía claro que ayer el mundo mantenía la respiración pendiente del resultado de las elecciones francesas. Tras la consulta del Brexit y de las elecciones de EE UU que han llevado a Donald Trump a la Casa Blanca, los comicios franceses pueden acabar de modificar el escenario internacional y ser la tercera sorpresa de los últimos meses.

Ayer, más de 4.800 vecinos de las provincias de València y Castelló podían ejercer su derecho a voto en el Institut Français del cap i casal, de 8 a 20 horas, una más que en Francia, lo que se permite en el extranjero «para facilitar el voto a quienes tienen que desplazarse», según fuentes consulares.

A Déborah no le sorprendió que Marine Le Pen, candidata del Frente Nacional (FN), llegara a la segunda vuelta, junto a Emmanuel Macron, de ¡En Marcha! «Ya pasó en 2002 con su padre. No es sorpresa, y por eso hay que votar en contra y hay que estar aquí», explicaba en la cola. Como ella, los franceses vecinos de la Comunitat Valenciana que hablaron con Levante-EMV hacían hincapié en que el principal objetivo era que Marine Le Pen no fuera la nueva inquilina del Elíseo. En 2002, su padre Jean-Marie Le Pen coló al FN en segunda vuelta por primera vez, pero solo consiguió el 17,9 % de los votos contra Jacques Chirac.

«No tenemos mucha elección. Para mí no hay que votar por alguien, sino más bien en contra», reconocía Frederique, visiblemente preocupada. Por eso, Laurie esperaba «que la gente se movilice» y aseguraba que estas elecciones «son un gran cambio».

Juana calificaba a Marine Le Pen como «una dictadora». «La Francia que se cierra en ella misma no es buena para ella ni para nadie; ha sido siempre tierra de asilo y de los Derechos Humanos», recordaba. Por esto, Vanessa lamentaba ayer tener que volver a las urnas para combatir la extrema derecha. «Antes era el padre y ahora la hija; la tristeza es que tenemos que volver a votar contra un Le Pen... es un desastre que sigamos en este siglo con personas tan de extrema derecha y que mantienen el discurso del odio y el racismo... », reconocía.

Ella en la primera vuelta votó a un candidato de extrema izquierda, pero ayer lo tenía claro. «Hoy yo estoy con Macron, y mucho mejor que haya pasado Macron que François Fillon», apuntaba. Además, se mostraba «bastante descontenta» con parte de la izquierda: «dicen que es igual que gane Macron o Le Pen, pero no estoy de acuerdo; votar es poder elegir el menor de los males. Nunca vamos a estar totalmente de acuerdo con un candidato, pero siempre hay que elegir al menos malo, y por eso estoy aquí», defendía convencida.

Se da la casualidad de que Vanessa tiene doble nacionalidad, ya que además de francesa es estadounidense, por lo que también votó contra Donald Trump. «Trump y Le Pen se odian porque son parecidos en muchas cosas, son muy arrogantes los dos...», explica.

Unos comicios «difíciles»

Para María José estas elecciones han sido «difíciles» y califica a los dos candidatos finales como «raros», por eso iba a votar resignada. Jean Nic, por su parte, cree que la debacle de los grandes partidos franceses era de esperar. «No me ha sorprendido, con todo lo que ha pasado, la gente está harta y quiere novedad, ya no quiere más izquierda y derecha tradicional», apuntaba. Por eso, él era partidario de «dar el beneficio de la duda a un joven», en referencia a Macron, quien ha aprovechado su paso por el Gobierno de François Hollande «para darse a conocer».