Sebastián García, exjefe informático de Emarsa y administrador de varias empresas subcontratadas por la entidad, ha asegurado que el expresidente de Emarsa y exvicepresidente de la Diputación, Enrique Crespo; el exgerente de la entidad, Esteban Cuesta; y los que fueran cargos de la Entidad Pública de Saneamiento de Aguas Residuales (Epsar), José Juan Morenilla (gerente) e Ignacio Bernácer (jefe de Explotaciones), "se repartían alrededor de 180.000 euros mensuales" procedentes de la "trama" de los lodos.

Asimismo, ha reconocido que realizó facturas "ficticias" con conceptos "no reales" en la entidad, además de contratos "simulados", y que una gran parte del dinero que cobraba de la mercantil se lo tenía que entregar a Esteban Cuesta. En concreto, le daba 4.000 euros mensuales. También ha apuntado a Enrique Crespo como "organizador" de esta presunta trama.

García, conocido como 'Chanín', se ha pronunciado así en su declaración ante el tribunal juzgador del caso Emarsa, procedimiento en el que se ha investigado un supuesto desfalco de más de 25 millones de euros en la gestión de la depuradora de Pinedo.

El exinformático ha explicado que comenzó a trabajar en Emarsa antes de que llegase Esteban Cuesta y que se encargaba del mantenimiento de equipos infórmaticos. Pasó de cobrar 3.500 euros al mes en 2004 a 5.600 en 2008. Este importante incremento se debió, según ha intentando justificar, al aumento de equipos pese a que, tal y como ha detallado la fiscal, "el personal seguía siendo el mismo".

Este acusado ha indicado que tuvo que realizar facturas falsas por orden de Cuesta, aunque ha aclarado: "La facturación ficticia me la propone Cuesta nada más llegar a la planta. Pero él no era el máximo responsable. Estaba organizado por Crespo", ha aseverado. Por tanto, ha insistido, "no solo era culpa de Cuesta". "Cuesta me dijo: Paga si quieres trabajar en Emarsa. Si no, te vas a la calle", ha aseverado.

Con esta metodología, ha señalado que el 60 % del dinero que facturaba a Emarsa lo sacaba del banco y se lo entregaba a Esteban Cuesta. El otro 40 % se lo quedaba la empresa para "gastos". "Cuesta me decía lo que tenía que facturar en todas mis empresas. Yo lo que hacía era facturar y repartir el dinero", ha detallado.

Por otro lado, el exinformático ha afirmado que viajó en alguna ocasión a Rumanía con Cuesta y ha dicho: "Se suponía que viajaba a Rumanía como informático y resultó ser un viaje de placer". En relación con este país, el exgerente declaró en instrucción que Emarsa pagó varias noches de hotel a una mujer procedente de allí para traducir documentos y proyectos.