Once de los veinticuatro procesados en el caso Emarsa han admitido los hechos por los que se les acusa, entre ellos casos de enchufismo o haber falsificado facturas para cobrar por servicios no prestados y posteriormente repartirse el dinero con los responsables de la depuradora de Pinedo.

La cuarta sesión del juicio por el desvío de unos 20 millones de euros de la empresa pública que gestionó la depuradora de Pinedo ha incluido hoy de la declaración de once procesados, algunos de los cuales han señalado a Enrique Crespo, Esteban Cuesta, Jose Juan Morenilla y a Enrique Bernácer como responsables de esta trama.

La sesión ha arrancado con el reconocimiento de los hechos por parte de nueve procesados, de los cuales seis de ellos no han declarado y otros tres han respondido a unas breves preguntas del Ministerio Fiscal.

Se trata de Santos Peral Martín, Ignacio Martínez Maiques, Luis Botella de las Heras, Ana María Ríos Solaz, Leonor Moreno Esteve, Vicente Andrés Tomás Benlloch, Antonio Arnal Llorens, Juan Manuel García García y Jose Ramón Cuesta Anguix.

Todos ellos han admitido los hechos y el juez les ha dispensado de seguir asistiendo al juicio tras advertirles que contra ellos se dictará sentencia condenatoria en base al escrito de acusación del Ministerio Público, aunque no se ha hecho público en el plenario cuáles son los hechos que han admitido ni los términos concretos de su conformidad.

Ana María Ríos ha asegurado que llegó a ser asesora de la empresa pública Emarsa (Entidad Metropolitana de Aguas Residuales) por recomendación del entonces presidente, Enrique Crespo, que también fue alcalde de Manises y vicepresidente de la Diputación de Valencia.

"Enchufada, para que me entienda toda la sala", ha apostillado Ríos, quien ha explicado que llegó a Emarsa tras trabajar para el Ayuntamiento de Manises y haber sido sustituida en su puesto tras una baja por maternidad.

Un caso similar ha relatado Leonor Moreno, que ejerció como coordinadora de la Casa de la Cultura de Manises hasta que, durante una baja laboral, Enrique Crespo la sustituyó por Carlos Crespo, su hermano.

Según ha explicado, Enrique Crespo le puso en contacto con Esteban Cuesta y este le consiguió trabajo en la empresa Llar Calzada y posteriormente como abogada en Emarsa.

El administrador de Viajes Benimàmet, Vicente Andrés Tomás Benlloch, ha explicado que Cuesta y Crespo le encargaron varios viajes a Rumanía, y que cree que eran para instalar allí una depuradora similar a la de Pinedo.

Ha confesado que recibió indicaciones para modificar las facturas, ya que en las originales se detallaba el nombre de todos los que viajaban, estancias y demás, y en las modificadas únicamente cuestiones genéricas.

El exresponsable de Informática de Emarsa Sebastián García "Chanín" ha asegurado que los máximos responsables de la depuradora, Enrique Crespo y Esteban Cuesta, y los directivos de la Epsar José Juan Morenilla e Ignacio Bernácer se repartían 180.000 euros mensuales procedentes de facturas falsas.

"Cuesta me propuso empezar a emitir facturación ficticia nada más llegar a la planta. No quiero decir que él fuese el máximo responsable de estas corruptelas, era Enrique Crespo", ha afirmado a preguntas de la fiscal.

Sebastián García "Chanín" ha afirmado que Cuesta le dijo literalmente: "Paga si quieres trabajar en Emarsa, si no te vas a la calle".

"Yo tenía que darle a Esteban Cuesta 4.000 euros mensuales. Mi trabajo era facturar a Emarsa y después sacar el dinero y entregárselo a Cuesta", ha relatado "Chanín".

Según la fiscal, la Agencia Tributaria ha estimado en dos millones de euros las cantidades facturadas irregularmente por Sebastián García a la Entidad Metropolitana de Aguas Residuales (Emarsa), cuando realmente solo se aportaron bienes y servicios a la empresa por unos 200.000 euros.

García ha reconocido haber pagado la reforma de varias casas de Cuesta y haber participado en viajes a Rumanía que "inicialmente eran de negocios, pero al final fueron de ocio".

También ha explicado que Cuesta iba frecuentemente a Andorra, "casi una vez al mes", y no explicaba para qué, aunque "una vez, al salir de una comida", le "enseñó una caja de dinero que llevaba en el maletero del coche", le "dijo que se iba a la alcaldía de Manises a entregárselo a Crespo y luego a ver a Morenilla y a Bernácer".

"Con el tiempo, sospeché de la trama de los lodos. Crespo, Cuesta, Morenilla y Bernácer se repartían 180.000 euros mensuales", ha afirmado