El exjefe de Explotaciones de la Entidad Pública de Saneamiento de Aguas Residuales (Epsar ), Ignacio Bernácer, ha reconocido durante el juicio del caso Emarsa que recibió 400.00 euros.

"Me equivoqué, tenía que haberlo pensado y decir que no" ha reconocido Bernácer, quien ha explicado cómo se concertó con Juan José Morenilla, exgerente de la Epsar, y Esteban Cuesta, exgerente de Emarsa, para desviar dinero del tratamiento de lodos, que se estima en unos 11 millones.

Bernácer se ha pronunciado así en su declaración en la quinta sesión del juicio por la pieza principal del caso Emarsa, procedimiento en el que se ha investigado un supuesto desfalco de más de 25 millones de euros en la gestión de la depuradora de Pinedo. Al inicio de la vista, el exgerente, Esteban Cuesta, ha tenido que salir para que se le practicara un examen forense.

El acusado ha explicado que en marzo de 2005, su jefe, José Juan Morenilla, le pidió que hiciera un plan para incrementar la financiación de Emarsa porque la planta de Pinedo "tenía muchos problemas económicos". Así, realizó varios estudios y fijó un precio de 30 euros por tonelada de lodos en lugar de los seis que se estaban pagando.

Como recompensa, ha expuesto que Morenilla le llamó a su despacho y le dijo que le había visitado Cuesta y le había ofrecido una "gratificación" por el incremento en la financiación. "Ese dinero que me iban a dar procedería de la partida de los lodos", ha expuesto. "Era la primera vez que me hacían un ofrecimiento así", ha dicho.

Ha indicado que Morenilla también se llevo dinero por esta gestión. "A mí me chocó, pero no me lo planteé. Me equivoqué. Tenía que haber dicho que no, pero en ese momento pensaba que me podía venir bien", ha explicado al tribunal. "Me dieron 400.000 euros", ha dicho, y el dinero le llegaba en sobres que portaban "entre 2.000 y 5.000 euros", ha expuesto.Adolfo Polo y los lodos

Previamente a Bernácer ha prestado declaración ante el tribunal el exjefe de area medioambiental en Emarsa, Adolfo Polo, quien ha manifestado que comenzó a trabajar en Emarsa como operador de control hasta que con la llegada del exgerente, Esteban Cuesta, se le ascendió a jefe. Se encargaba de los tratamientos de los lodos y de la jardinería.

El acusado, quien se ha desvinculado de la facturación y de las decisiones importantes, ha explicado que en un momento dado, Cuesta le trasladó que la Epsar se iba a encargar de la gestión de los lodos y que él se encargaría de supervisar esos trabajos. Fue en ese momento cuando conoció al empresario fugado Jorge Ignacio Roca. "Se presentó una persona. Me indicó que era Roca, la empresa contratada por Emarsa para los lodos, y me dijo que si tenía algún problema técnico, que se lo indicase a él y poco más".

Así, ha aseverado que él no vio a personal ni ninguna documentación de Roca. De hecho, él supervisaba los trabajos realizados por otra empresa. "A Roca no volví a verle nunca. Algún contacto telefónico preguntándome si la relación con la empresa de lodos era correcta. Yo le decía que todo correcto y que no tenía ningún problema", ha manifestado.

Todavía siendo jefe de Emarsa, ha explicado que en 2009 decidió asociarse con otro acusado, José Luis Sena, para crear una empresa porque tenían miedo a que se quedasen sin trabajo en la entidad. Así, constituyeron Iris Tractaments, empresa que realiza trabajos para Notec y que luego esta última facturaba a Emarsa.

En este punto, se le ha preguntado si era consciente de que Notec cobraba a Emarsa 42 euros la tonelada de lodo frente a los 18 que le pasaban ellos, y ha respondido que "no, en ningún caso". "Pensaba que eran 21 ó 22 euros. Yo preguntaba a Sena si era todo legal y me decía que sí", ha aseverado. Pese a este incremento de Notec, el acusado ha asegurado que el único trabajo que hacía esta empresa era informes, pero el trabajo de campo no.

En este sentido, al acusado se le ha interpelado si sabía que Notec cobró a Emarsa cuatro millones de euros por este servicio pese a que el coste que supuso para Iris ascendía a 900.000 euros, y ha manifestado que "no". Ha afirmado que esta diferencia de dinero "no tiene explicación". "No sabía que facturaba 42 euros la tonelada. Lo supe en la instrucción", ha defendido.