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Educación

Todas las universidades menos la UPV avalan que se exija paridad en las ayudas

València y Alicante valoran el esfuerzo en igualdad del Consell y la Politécnica dice que primero son los méritos

La Conselleria de Educación y, en concreto, la Dirección General de Universidades que dirige Josefina Bueno, ha levantado muchas ampollas con su decisión de aplicar la norma de género en la convocatoria de ayudas para la promoción de eventos científicos, una decisión que ha supuesto, tal como informó ayer Levante-EMV, que cerca de un centenar de proyectos se queden fuera por no cumplir el requisito de una presencia equilibrada de hombres y mujeres.

Ahora bien, Bueno ha encontrado aliento en el grueso de las universidades públicas que, en términos generales, avalan que las políticas de igualdad de género tengan su reflejo en las convocatorias de subvenciones. Tanto la Universitat de València como los centros de Alicante, aunque con matices, consideraron positiva las claúsulas sobre género. Sólo se desmarcó la Universitat Politècnica de Valencia (UPV) cuya posición es que «lo primero son los méritos» y a igualdad de méritos es cuando debe favorecerse al colectivo discriminado.

Desde la UV la directora de Igualdad, Amparo Mañes, sostuvo ayer, en declaraciones a Levante-EMV, que es incuestionable que las cuotas han permitido avanzar en la igualdad al abrir espacios para las mujeres donde antes no era posible. La convocatoria de Educación, indicó, «es una apuesta decidida por la igualdad de género». Eso sí, Mañes cuestionó la interpretación de la conselleria al entender que si está pensada para favorecer la presencia de mujeres en ámbitos masculinazados como es el científico no puede acabar perjudicandola. Cabe recordar que hay proyectos rechazados porque había mayoría de mujeres. En este sentido, abogó por una interpretación no restrictiva cuando los proyectos tengan más mujeres. La clave es que la acción positiva se legitima por la existencia de una discrimación previa.

Desde la Universitat de Alacant, la Vicerrectora de Responsabilidad Social, Inclusión e Igualdad, María José Rodriguez, se sumó a la defensa de la DG de Universidades y celebró las cláusulas de género en las ayudas y subrayó que en 2017, la ley de igualdad cumple diez años con una aplicación muy lenta.

«Hay evidencia científica de que los grupos de investigacion diversos mejoran el rendimiento y el conocimiento porque evitan los sesgos de género», indicó Rodríguez y dio ejemplos de cómo el «androcentrismo» en la ciencia ha invisibilizado a las mujeres y sus problemas. «El siri de los primeros smartphone no identificaban la voz de las mujeres porque a nadie se le ocurrió y la viagra de mujeres no ha sido testada por ellas », explicó, a modo de ejemplo.

Rodríguez valoró el esfuerzo que se ha hecho en varios proyectos para incluir mujeres en ámbitos tan masculinizados como las ciencias de la computación. «La presencia de mujeres es básica para evitar las falacias en investigación y el avance es espectacular cuando se las incluye», insistió.

Desde la Miguel Hernández de Elx, la vicerrectora de Cultura e Igualdad, Tatiana Sentamans, valoró el esfuero de la conselleria por incrementar la presencia de mujeres, si bien cuestionó la fórmula escogida ya que la consecuencia ha sido la exclusión de proyectos. «Hay que valorar el esuferzo, pero quizás reflexionar sobre la fórmula para evitar la exclusión, sobre todo, en los casos en los que se han perjudicado propuestas con predominio femenino», indicó. Por su parte, desde la UJI de Castelló no hubo a lo largo del día de ayer pronunciamiento oficial.

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