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Entrevista

Isabel González: "La eficiencia en sanidad no es patrimonio exclusivo de las empresas privadas"

"La sanidad pública se ha gestionado en los últimos 20 años por políticos que no creían en ella", afirma

El anterior gobierno del PP basó su modelo sanitario en dejar en manos de empresas privadas las construcción y gestión de los hospitales públicos. Eliminar este modelo y devolver estos hospitales a manos de la administración es la gran apuesta del actual Gobierno de la Generalitat. La radióloga Isabel González será la encargada de dirigir este proceso.

P El Hospital de Alzira será el primero de gestión privada que vuelva a manos de la administración. ¿En qué fase se encuentra el proceso de reversión?

REstamos en fase de cumplimiento de las normas de reversión y el plazo para que vuelva al sistema público finaliza el 31 de marzo de 2018. Hay un auto que suspende la petición de medidas cautelares por parte de Ribera Salud y le amplía el plazo de entrega de documentación mes y medio, pero esto no dilata el plazo total.

P Una auditoría del Síndic de Comptes puso de relieve que el hospital de Manises, también en concesión, ahorra a la pública 42 millones. ¿Tan mala es la gestión privada a la luz de estos datos?

R El propio informe dice que la auditoría tiene limitaciones y habla de los riesgos que conlleva. Dice que hay una gran complejidad para determinar el precio del contrato, también para determinar el control de las derivaciones de pacientes a otros hospitales. Y ese ahorro se puede ver afectado porque quedan liquidaciones pendientes. Entre los años 2009 y 2013 hay una reclamación de liquidación de 179 millones por parte de la administración. Pero hay que tener en cuenta además que en los contratos con estos hospitales hay una partida para farmacia, prótesis, oxigenoterapia y transporte que asume la administración. Y estos gastos van a ir creciendo porque afectan a los pacientes crónicos y la esperanza de vida cada vez es mayor. Estas empresas ahorran también en los sueldos de los profesionales no médicos, que están por debajo de lo que se paga en la sanidad pública. Si estas empresas quieren ser eficientes en base a la precariedad laboral, eso es algo que un sistema público no permite. En el Hospital de Sant Joan ya comprobamos, tras instalar una resonancia pública, que el primer año ahorramos un millón de euros. La eficiencia no es patrimonio exclusivo de la privada y no va ligada sólo a hacer las cosas más baratas, eso tiene que ir unido a una calidad en el servicio.

P Ribera Salud también saca pecho al afirmar que la lista de espera es sus hospitales es menor que en la pública.

R Muchas veces los datos se pueden maquillar. Aparte de que son sus datos, y no podemos comprobarlo, hay que tener en cuenta los casos complejos, que muchas veces son derivados por estos centros al sistema público.Por otro lado, los profesionales que trabajan en Ribera Salud lo hacen 200 horas más al año que los estatutarios. Con todo, en la pública también está bajando la lista de espera a base de abrir mañana y tarde.

P ¿Cómo son ahora mismo las relaciones con Ribera Salud?

RLo que debe primar por encima de todo es un entendimiento entre la administración y Ribera Salud en beneficio de la ciudadanía que no puede estar siempre en medio. Ribera Salud está transmitiendo una imagen de caos, de que cuando los hospitales vuelvan a manos de la pública va a aumentar la lista de espera, y eso no puede ser. Está metiendo miedo a la población. Nos tenemos que poner de acuerdo para tranquilizar a la ciudadanía. Ellos dicen que se van a quitar determinados servicios, cuando no es cierto. No se puede entrar en esa dinámica de decir que si se va Ribera habrá un caos.La conselleria está trabajando duro para que las cosas se hagan bien, pero también Ribera nos lo tiene que facilitar porque la información está en sus manos y ellos lo saben y de alguna manera juegan con eso. Si para ellos realmente lo importante es el ciudadano deberían estar sentados con nosotros para que la transición ocurriese sin problemas y lo que están haciendo es una campaña de desprestigio de la gestión de la administración.

P ¿Por qué un hospital público tiene que estar en manos de la administración?

R Porque es el mejor garante de que se cumple la normativa. Porque es más equitativo y porque cuando metes un elemento privado lo que hay es un negocio. Y la sanidad no se puede concebir como un negocio. El beneficio de una sanidad pública eficiente revierte en la pública; la privada se lo lleva. Lo que ha pasado en estos 20 años es que han gestionado la pública políticos que no creían en ella, de ahí el deterioro. En el caso de los hospitales en concesión en la Comunitat, al margen de la cápita que cobran por paciente, el PP les permitió que pudieran crecer captando pacientes de otros departamentos, creando servicios para atraerlos y favorecidos por la escasa inversión en la pública. De esa manera se obligaba a las gerencias a enviar pacientes a estos hospitales. Todo estaba pensado para favorecer el sistema concesional. Llevamos dos años de gobierno y no se puede solucionar lo que no se ha hecho en 20, aunque en estos dos años ha habido un gran cambio en cuanto a inversión en tecnología y dignificación de las infraestructuras.

P ¿Cómo van las negociaciones para revertir la gestión del hospital de Dénia?

R En Dénia existe un marcado descontento de la población con la gestión que se está haciendo de este departamento de salud. Los alcaldes de la zona quieren que vuelva a manos de la administración y Ximo Puig ha dicho que hay un compromiso para que retorne a lo público.

P ¿Hay plazos ya marcados para esta reversión?

R No, porque una cosa es que finalice un contrato y la administración esté en su derecho de no prorrogarlo y otra cosa es que este contrato termine más tarde y haya que entablar una negociación y haya que analizar mucho el componente jurídico y económico.

P Esta legislatura también se han propuesto devolver las resonancias a la gestión pública.

R Sí, hay un quipo trabajando ya intensamente en esto. Hay un equipo de 13 radiólogos contratados para reforzar todos los hospitales para que en septiembre, que es cuando las resonancias revierten al sistema público, haya profesionales formados y máquinas . Esto no quiere decir que haya una intención de acabar con el sistema privado. No es la disyuntiva pública-privada. El sistema privado debe ser subsidiario del público. Allá donde no llegue el sistema público el privado será un apoyo, pero no puede sustituir al sistema público, que es lo que estaba pasando con las concesiones.

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