La degradación continuada del centro de recepción de menores de Monteolivete, en València, ha acabado de una forma drástica: con el cierre del centro. La Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas ha decidido clausurar la instalación y trasladar a la mayoría de menores acogidos temporalmente a un centro de Buñol. Los otros adolescentes serán repartidos por al menos dos pisos tutelados en València y Torrent. La razón del cierre es el contundente informe de la Inspección Provincial de Trabajo y Seguridad Social elaborado el 30 de enero y que alertaba de un incumplimiento sistemático de la normativa básica de prevención en la residencia de menores.
Grietas y humedades en la planta baja. Mobiliario no adecuado. Obstaculización de vías y salidas de emergencias. El deterioro generalizado del edificio lastraba el único centro de la provincia de València destinado a una delicada tarea: la acogida inmediata de menores de entre 12 y 18 años en situación de desprotección como primer lugar de atención, por un periodo de estancia que no debería superar los 45 días, hasta su derivación a un centro de acogida, a una familia acogedora o el retorno con sus familias.
Se trata de una solución transitoria para muchos menores extranjeros no acompañados (los llamados «Mena») o adolescentes víctimas de maltratos familiares, entre otros perfiles. Allí se han mezclado perfiles de menores muy problemáticos, que han cumplido medidas judiciales con reingresos constantes, con otros chicos que simplemente se hallan en situación de desamparo. Una convivencia muy compleja y con intervenciones policiales de manera reiterada.
«Atendiendo al interés superior del menor y para garantizar la protección de las personas menores de edad y los trabajadores», argumenta la conselleria en su escrito, Igualdad ha tomado la solución del cierre. El 1 de julio cerrará de manera definitiva.
La solución definitiva, en Llíria
La decisión de la clausura fue confirmada ayer por la conselleria a este periódico y el lunes será anunciada en una rueda de prensa. Para llevarla a cabo se aprovechará el final del contrato de la empresa privada que gestionaba el centro de menores de Buñol y que no pretendía renovar la gestión. En todo caso, esta será una solución temporal. El proyecto de la conselleria pasa por construir en Llíria un nuevo centro para la recepción de menores. Los plazos previstos para su apertura rondarían los dos años.
La clausura efectiva ha sido comunicada ya a la plantilla, de unos 70 trabajadores. El traslado forzoso ha despertado el malestar entre los empleados, a quienes se les ha prometido transporte desde València hasta Buñol y una compensación horaria de 40 minutos de la jornada laboral, según consta en la documentación a la que ha tenido acceso este periódico. También se han planteado alternativas de trabajo en los pisos de València y Torrent, en la dirección territorial, y en centros de la conselleria en Aldaia, Alboraia, Mislata, la Colonia San Vicente o la Ciutat Administrativa 9 d'Octubre. Sin embargo, no habrá plazas de este tipo para todo el personal.
Hacinamiento y estancias largas
Además de las deficiencias estructurales del edificio, el centro de Monteolivete también ha sido puesto en cuestión en reiteradas ocasiones por el «hacinamiento de menores» (no en la actualidad, cuando hay unos 45 menores) o las dilatadas permanencias que superan los 45 días reglamentarios. Ahora, según indican fuentes del centro, hay varios menores que acumulan distintos meses de permanencia en el centro o incluso un menor que supera el año de estancia.
Fuentes del centro consultadas ayer lamentan que la Administración ha olvidado la vigilancia de la calidad asistencial de este recurso para menores. La dejadez y la falta de inversiones, la falta de supervisión o el nulo control del servicio durante años son señalados como detonantes de esta decisión final de cierre definitivo. El centro de Monteolivete será objeto de una reforma integral para un nuevo uso, según la conselleria.
