Jorge Ignacio Roca Samper, el empresario encarcelado por el caso Emarsa, ha confirmado la trama de lodos en la depuradora de Pinedo. Roca ha asegurado que le buscaron para, a través de sus empresas, ayudar a elaborar una facturación falsa. Repartía las comisiones de los sobrecostes en los lodos -costaba 18 euros por tonelada pero se abonaba 42 euros por tonelada extraída-. Roca reconoció que él ganaba el dinero de no declarar el IVA.

El empresario, procesado junto a otras 23 personas en el caso por el saqueo de la empresa que gestionó la depuradora de Pinedo, ha ironizado que él "no tenía ni idea de lodos" y que su única "preocupación era pagar las comisiones".

Ha afirmado además ante el tribunal que jamás pisó estas instalaciones y que su función era solo "facturar y repartir comisiones".

En la octava sesión del juicio por el desvío de más de 20 millones de euros de Emarsa, que se celebra en la Audiencia de Valencia, Roca, el único de los procesados que está en prisión provisional, ha asegurado que fue un empresario llamado Joan Borrás, sobre el que no pesa ninguna acusación, quien le propuso sobrefacturar por la gestión de los lodos de la depuradora.

"Mi función principal era pagar lo acordado. Solo estuve una vez en la depuradora de Pinedo y ni me bajé del coche, ni la pisé. Nadie me dijo que Emarsa fuese una empresa pública, yo pensaba que era privada", ha agregado.

Roca ha afirmado conocer a Enrique Arnal, José Luis y Enrique Sena, Vicente Ros y Adolfo Polo, entre quienes se sientan con él en el banquillo de los acusados.

Aunque pagaba comisiones por la facturación de lodos desde 2005, Roca ha afirmado desconocer quiénes se repartían estas comisiones, y ha explicado que fue a partir de 2007, cuando las entregas en efectivo fueron sustituidas por tarjetas bancarias, cuando supo las proporciones del reparto.

"En este momento es cuando me tienen que empezar a decir cómo se reparte el dinero, hasta entonces no lo sabía. Era el siguiente eslabón de la cadena el que lo sabía, Sena, pero ellos no querían que yo lo supiese".

"Sena me dice cómo lo tengo que repartir en cuántas cuentas, en qué proporción, pero a mí no me importaba cómo se llamasen", ha explicado.

"Había cuatro cuentas principales, no me dijo quiénes eran, que se llevaban tres euros por tonelada, desde el primer hasta el último día, lloviese o no, hubiese más o menos lodos, eran sagrados. El resto recibían menos", en referencia a Enrique Arnal, Joan Borrás, Adolfo Polo y José Luis Sena.

"Engañado" por Bernácer

Por otro lado, este martes ha declarado el exgerente de la Entidad Pública de Saneamiento de Aguas Residuales (Epsar) José Juan Morenilla, quien se ha desvinculado por completo de la actuación de su subordinado, Ignacio Bernácer, exjefe de Explotaciones de la empresa, quien ha confesado una trama de comisiones en el caso Emarsa en la que le ha acusado de participar: "Bernácer fue corrompido en este procedimiento y me ha estado engañando durante 23 años", ha dicho.

En esta línea, el acusado ha manifestado que conoció a Bernácer --quien en la vista reconoció haberse llevado comisiones de la trama de los lodos y haberlas repartido con Morenilla, Enrique Crespo y Esteban Cuesta-- en el año 1993 y ha señalado que durante "muchísimos" años han estado trabajando "codo con codo". "Creía que era una excelente profesional pero, por desgracia, en este proceso fue corrompido y me ha estado engañando durante 23 años", ha lamentado.

"Bernácer me daba cuenta de su trabajo pero a grandes rasgos", ha agregado, al tiempo que ha insistido en que él era "gerente en funciones" y tenía "muchísimas actividades, con lo que no podía estar en el día a día de las depuradoras. Teníamos 450 depuradoras en la entidad de saneamiento", ha recordado.

Además, ha señalado que él no hacía "lo que le daba la gana" en la entidad de saneamiento, puesto que "había un consejo de administración y un presidente". También ha afirmado que no podía inspeccionar el destino de los fondos de Emarsa y que, si hubieran visto algún tipo de peligro en la depuradora, hubieran intervenido.

"Nosotros jamás inspeccionamos la contabilidad de las empresas. Entendíamos que si la depuradora funcionaba correctamente, los fondos estaban bien destinados". Y ha agregado: "Nuestra unica preocupación fue la salud del medioambiente y la preocupación de las personas. Cualquier céntimo de euro de caudales públicos me preocupa y es relevante", ha dicho, para acusar al socalista Ramón Marí de cobrar 31.500 euros además de recibir regalos del Consejo de Administración.

Preguntado por dos cajas de seguridad que tenía abiertas, ha dicho que en ellas guardaba periódicamente documentación sobre una patente "que luego no fructificó".

Preguntado por su relación con el PP, el acusado, para quien la Fiscalía reclama 14 años de prisión, ha manifestado que no es militante de ningún partido político. Lo que sí ha indicado es que en esa época, "todos los gerentes o altos cargos que había tenían que pagar la cuota del partido. A mí me obligaron a pagar la cuota y creo que la dejé de pagar en 2009 ó 2010", ha afirmado. Le pidió estos abonos el exconseller José Ramón García Antón.

Por otro lado, ha afirmado que a Enrique Crespo lo conocía por ser alcalde de Manises y ha señalado que únicamente lo veía en comisiones de siguimiento y en "algún acto". Sobre el exgerente Esteban Cuesta ha indicado que mantuvo "muy pocas" reuniones con él --pese a que en la agenda de Cuesta se anotaban encuentros mensuales-- y que escuchaba sus reivindicaciones de dinero porque "faltaba para pagar nóminas", le comentaba.