Las personas transexuales se ven obligadas a justificarse a diario. Su nombre, sus gustos, sus aficiones... su identidad está en entredicho de forma constante. Demasiadas explicaciones casi para cualquier cosa. La identidad de cada uno, un derecho incuestionable, pasa a un segundo plano cuando se trata de conseguir un empleo. Al menos, para las personas "Trans".

La Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas ha realizado la campaña "la identidad de género es un derecho, no un proceso" para concienciar a la población de la situación que vivien a diario las personas "Trans". La iniciativa, que puede seguirse a través de las redes sociales con el hashtag #DretATransDecidir, tiene como pieza principal un vídeo en el que se muestra un proceso de selección de personas voluntarias, durante el cual la persona encargada de la selección insta a los participantes a renunciar a rasgos propios de su identidad, como sus aficiones, las características principales de su definición como persona, o incluso el nombre, para poder acceder al puesto.

El objetivo es, según la vicepresidenta del Consell Mónica Oltra, reflejar las situaciones que viven las personas "Trans" "donde se les cuestiona su identidad", y lo que supone para cualquier persona tener que renunciar a cuestiones tan íntimas como el nombre con el que desea ser llamado. Oltra recuerda que las identidades "Trans" todavía están consideradas como una enfermedad por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), "lo que implica la necesidad de que exista un diagnóstico" para su reconocimiento, "y, por lo tanto, un proceso con el que se busca certificar la identidad, algo que para la mayoría de los ciudadanos es un derecho incuestionable".