El exgerente de la Entidad Pública de Saneamiento de Aguas Residuales (Epsar) José Juan Morenilla se desvinculó por completo de la actuación de su subordinado, Ignacio Bernácer, exjefe de Explotaciones de la empresa, quien ha confesado en el juicio una trama de comisiones en el caso Emarsa en la que le ha acusado de participar junto a él: «Bernácer fue corrompido en este procedimiento y me ha estado engañando durante 23 años», aseguró.

El acusado, que declaró ayer durante varias horas y que hoy continuará con las preguntas de su abogado, conoció a Bernácer -quien en la vista reconoció haberse llevado comisiones de la trama de los lodos y haberlas repartido con Morenilla, Enrique Crespo y Esteban Cuesta- en el año 1993 y señaló que durante «muchísimos» años han estado trabajando «codo con codo». «Creía que era un excelente profesional pero, por desgracia, en este proceso fue corrompido y me ha estado engañando durante 23 años», lamentó. «Hasta el 10 de marzo, después de oir y ver el escrito de autoinculpación no me puedo creer que Ignacio estuviera en eso», alegó.

«Bernácer me daba cuenta de su trabajo pero a grandes rasgos», agregó, al tiempo que insistió en que él era «gerente en funciones» y tenía «muchísimas actividades, con lo que no podía estar en el día a día de las depuradoras. Teníamos 450 plantas en la entidad de saneamiento», se justificó. Preguntado por su relación con el PP, el acusado, para quien la Fiscalía reclama 14 años de prisión, manifestó que no es militante de ningún partido político. Lo que sí indicó después de que la fiscal evidenciara que había mentido en este término es que en esa época, «todos los gerentes o altos cargos que había tenían que pagar la cuota del partido. A mí me obligaron a pagar la cuota y creo que la dejé de abonar en 2009 o 2010», afirmó.

Caja de seguridad y poco gasto

La Fiscalía preguntó a Morenilla por qué canceló una caja de seguridad en una entidad bancaria el 13 de octubre de 2010, pocos días después de que se denunciara el caso Emarsa en el juzgado. Morenilla contestó que nada tenía que ver con el caso y que el motivo fue que en ese recipiente guardaba una tesis doctoral en la que tenían una patente y querían protegerla. ¿Por qué en cinco años acudió en 29 ocasiones? El exgerente de la Epsar defendió que para recoger y guardar información. Como la patente perdió validez, añadió, cerró la caja de seguridad justo cuando empezaba la investigación.

La fiscal también preguntó a Morenilla sobre el motivo de por qué sus cuentas corrientes prácticamente no habían tenido movimientos entre los años 2005 a 2010 pese a tener dos hijos. «En la administración si trabajas mucho tienes poco tiempo para gastar dinero. Disfrutaba de coches de empresa y tenía muchos gastos pagados. Iba tirando de dos alquileres de plazas de parking y con el sueldo de mi mujer», defendió Morenilla.