El diputado Miquel Domínguez, ex concejal en el Ayuntamiento de València en tiempos de Rita Barberá y que dejó el grupo popular de las Corts para pasar al de no adscritos tras el estallido del caso Taula, archivado provisionalmente en su caso por falta de pruebas, acabó ayer por reventar una comisión a la que estaba citado.

«Esto es un paripé (...). No entiendo cómo Ciudadanos puede presidir esta comisión; no tenían derecho a citarme, falta de respeto es citarme a mí. Como miembro del ayuntamiento, yo no tenía por qué estar aquí», lanzó con aire altanero.

El diputado reprochó al resto de parlamentarios que le hubieran citado a la comisión que estudia los sobrecostes en las obras de ampliación de Feria Valencia en tiempos del PP para plantearle cuestiones de hace 18 años y sobre las que la fiscalía no ha visto nada irregular.

La presidenta, Rosa García, de Ciudadanos, le llamó la atención en diferentes momentos, incluso aseguró sentirse insultada. En uno de ellos, Domínguez le preguntó cuántas veces podía amonestarle, lo que miembros de la comisión calificaron de falta de respeto.

El diputado del PSPVen ese momento. Domínguez formó parte de la ejecutiva de la Feria en 2003, en calidad de representante del Ayuntamiento de València, y los diputados trataban de preguntarle por el proyecto de ampliación que iba a costar 300 millones y acabó con un gasto de más de mil.

Aquí solo vienen «mansos»

Domínguez aseguró, además, que en las comisiones solo comparecen personas «asustadas» y que acuden «mansas» a lo que consideró un «tribunal de la Inquisición». «Me extraña mucho que esta comisión siga viva una vez el fiscal ha dicho que no hay nada», añadió Domínguez, mientras los diputados le recordaban que buscan responsabilidades políticas, no judiciales.

De la Feria, Domínguez se escudó en los técnicos porque, según remarcó, todo estaba documentado y se planteaba de manera legal. Finalmente, tras reventar la sesión pidió disculpas si había ofendido a alguien.