Algunos centros de menores de la Comunitat Valenciana están recibiendo llamadas de preocupación de parte de familiares de los menores acogidos en dichas instalaciones. Según informan fuentes de los centros, el «alarmismo» desatado después de que la Conselleria de Políticas Inclusivas aludiera a los malos tratos del centro de Segorbe y se comprobara en imágenes el deterioro y la insalubridad del centro de recepción de Monteolivete (València) ha desencadenado la inquietud de las familias afectadas. «Preguntan cómo están sus hijos, si el centro está bien o se cae a trozos, si pegan a su sobrino, si comen en condiciones», explica un responsable de estos centros (que prefiere el anonimato) tras constatar varios casos. En todo momento se les responde que no hay ningún problema y que los menores están bien atendidos.

La paradoja es evidente: menores que han sido declarados en situación de desamparo por un juez y han sido puestos bajo tutela de la Administración, ahora son motivo de preocupación para las familias que ya no tienen autorización para tenerlos bajo su cargo.

Sector bajo sospecha

«Todo el sector ha sido puesto bajo sospecha a raíz de esta alarma social», lamenta un responsable de los centros de menores valencianos. Los padres que llaman por teléfono no podrían recuperar la tutela de sus hijos sin una orden judicial. Pero las familias extensas (un tío, unos abuelos) sí pueden sacarlos bajo la modalidad de acogida.